Autoridades académicas de América latina y del Caribe se reunirán a debatir en Colombia, esta semana, los ejes de la posición sobre la educación superior que llevará la región a la conferencia mundial de la Unesco, que se realizará el año que viene en París. Habrá participación argentina en los paneles, tanto de rectores como de funcionarios de Gobierno y estudiantes. La intención de algunos rectores es consensuar una posición regional en contra de la definición de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que pretende incluir a la educación como un “bien transable”.

La Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2008) se realizará bajo el lema “Desafíos locales y globales: una agenda estratégica para la educación superior en América Latina y el Caribe”. Los especialistas sesionarán durante tres días en la ciudad de Cartagena de Indias, al norte de Colombia, donde evaluarán las distintas experiencias y posiciones de cada uno de los países intervinientes. Desde hace un año se encuentran trabajando en documentos sobre diez ejes temáticos entre los que se encuentran el contexto regional y mundial, el papel de la educación superior en la construcción del conocimiento y en la innovación, calidad, pertinencia, relevancia y compromiso social de las instituciones de educación superior, inclusión y equidad, y financiamiento de la educación superior.

De las conclusiones de la conferencia surgirá la posición que llevará la región a la conferencia mundial prevista para 2009. Por eso, algunos núcleos académicos ya definieron postura: el Grupo Montevideo –integrado por universidades de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay– se reunió hace un mes en Buenos Aires para anticipar un posicionamiento común. Allí trabajaron sobre la posibilidad de generar un pronunciamiento en la conferencia de Colombia en contra de la calificación que la OMC le dio a la educación superior como “bien transable”. En aquella oportunidad el rector de la UBA, Rubén Hallú, destacó que “el clima de época es bastante distinto de aquel de la década del ’90, donde la educación, bajo los presupuestos del neoliberalismo, pasó a ser considerada por algunos gobiernos y agencias de crédito internacionales como un bien que se compra en el mercado”.