Con amenazas de medidas de fuerza, profesores de la Escuela Carlos Pellegrini y del Colegio Nacional de Buenos Aires denunciaron que las autoridades de la UBA, de la que dependen ambas instituciones, realizaron cambios en las categorías docentes provocando la “pérdida” de parte de los salarios y “modificando las condiciones” de los trabajadores afectados. De acuerdo con la denuncia gremial, la reformulación de la planta docente que efectuó la universidad desconoce lo firmado en paritarias respecto del nomenclador que rige para los colegios preuniversitarios del país. La secretaria académica de la universidad, Catalina Nosiglia, dijo a Página/12 que “hubo una dificultad en la interpretación del nomenclador”, pero que el conflicto “ya está solucionado”, y que “se van corregir los problemas de liquidación”. Sin embargo, el gremio UTE-Ctera advirtió que por ahora no hubo tal corrección.

Tras un abrazo simbólico al Carlos Pellegrini y una marcha de alumnos y docentes al rectorado, ayer la UBA anunció un cambio de postura: “Hubo una dificultad en la interpretación del nomenclador, que ya se decidió corregir –concedió Nosiglia–. Con esto van a quedar solucionadas las diferencias de liquidación que afectaban a los regentes y subregentes”, dijo. El gremio AGD avaló las palabras de Nosiglia: “Tuvimos una reunión con la secretaria académica y nos dijo que volvían para atrás, que vuelven a recategorizar”, señaló el secretario adjunto del gremio, Julio Bulacio. No obstante, para el dirigente de UTE-Ctera Marcelo Creta el conflicto “no está resuelto de ninguna manera. A la gente no le han devuelto absolutamente un peso y no tenemos información de que lo vayan a hacer”. Según Creta, los trabajadores afectados son “aproximadamente” 180, y a algunos de ellos la UBA les debe entre 20 mil y 25 mil pesos.

El próximo lunes se producirá una mesa de diálogo en la Secretaría de Asuntos Académicos de la Universidad, donde los gremios podrán plantear sus reclamos. Creta sostuvo que la UBA tiene que “devolverles la condición de regente, subregente y jefe de preceptores a quienes se lo quitaron”, así como debe “devolver el dinero que se les adeuda de todo el año”. Luego, reclamó que la Universidad “se atenga al nuevo nomenclador”, que redujo las 1500 categorías que tenía el sistema preuniversitario a sólo 38. “La UBA tiene que aceptar las categorías de ese nuevo escalafón”, insistió Creta. Además, pedirá que “se abra la paritaria local para fijar la estructura docente”, es decir, la discusión de cuántos docentes entran en cada categoría.

Bulacio presentó otros reclamos: “Por primera vez en la historia el Consejo Superior de la UBA aprobó una resolución para la designación de cargos docentes en cuyos concursos regirán los antecedentes, pero no la oposición”, por lo menos “que se acepten entrevistas a los candidatos, para ver el involucramiento de los profesores con el proyecto del colegio”, dijo. Además, el dirigente de AGD manifestó que en la designación de jurados para los concursos “se han vetado a varios candidatos sin ninguna razón académica” por lo que “se desprende que pueden haber razones políticas en la exclusión, lo que implicaría un avasallamiento del Consejo Superior”. De las respuestas a estos reclamos, advierten los gremios, dependerá el normal dictado de clases en ambos colegios.

Informe: Agustín Saavedra.