UNIVERSIDAD
El retorno del debate por el voto directo del rector y los decanos
El decano y el vice de Sociales impulsan comicios directos con voto ponderado para elegir a las futuras autoridades de la UBA.
Por Javier Lorca
Es el segundo coletazo de un debate que, inexorablemente, se viene en la UBA. El primero golpeó desde abajo y fracasó: fue el conflicto que Sociología atravesó el año pasado, cuando sus estudiantes reclamaron elegir en forma directa al director de la carrera. Ahora la polémica regresa impulsada desde arriba: el gobierno de la Facultad de Ciencias Sociales presentó un proyecto para que las próximas autoridades de la universidad sean elegidas por el voto directo de todos los estudiantes, los docentes y los graduados. “Lo que pretendemos es democratizar la universidad. Es sólo una propuesta para abrir el debate sobre el gobierno y la ciudadanía universitaria, un debate que la UBA se debe hace tiempo”, explicó a Página/12 el decano de Sociales, Federico Schuster, quien presentó el proyecto junto con el vicedecano Eduardo Grüner.
El proyecto apunta a reformar el estatuto de la universidad en lo referente al modo de elección del rector, los decanos y los directores de carreras. Hasta ahora, esas elecciones son indirectas. En cada facultad, los profesores (sólo los concursados), graduados (sólo los empadronados) y estudiantes (todos) eligen a sus representantes en los consejos directivos. Estos consejos tienen 16 miembros: ocho consejeros profesores, cuatro graduados y cuatro alumnos. Los consejeros de cada unidad académica votan a sus decanos y también aprueban la designación de los directores de carreras o departamentos. Todos los consejeros, reunidos en asamblea universitaria, deben elegir al rector de la UBA.
Con el apoyo de profesores y graduados de Sociales, Schuster y Grüner elaboraron una propuesta que define: “El rector y el vicerrector de la universidad son elegidos por el voto directo, secreto y obligatorio de los miembros de los tres claustros que componen la universidad. Dentro de cada claustro, todas las facultades tienen el mismo peso electoral. La elección se realiza por el sistema de listas correspondiéndole al claustro docente un tercio del peso electoral, un tercio al claustro de graduados y un tercio al de estudiantes. Si ninguna de las listas obtiene la mayoría absoluta, se hace una segunda votación entre las dos listas más votadas. El rector y el vicerrector pueden ser reelectos por una sola vez consecutiva”. Similar es el texto sugerido para reglar la elección de decano y vicedecano.
“Sabemos que la elección directa tiene problemas, pero serviría para que los miembros de la comunidad universitaria puedan conocer a las futuras autoridades y para que los candidatos se vean obligados a presentar un proyecto de gestión y a definir sus ideas”, dijo Schuster.
La base de la controversia por el voto directo radica en que, según cómo se instrumente, puede disolver al claustro de profesores. Esa fue una de las tantas razones que hizo naufragar el intento de los alumnos de Sociología: pedían que todos los votos valieran por igual. Con ese criterio, la UBA tendría unos 300 mil votos estudiantiles frente a sólo unos 7500 profesores (toda la planta docente incluye a unas 25 mil personas, pero sólo los profesores regulares pueden votar). “Por eso, proponemos compensar el peso de cada claustro con una forma bastante progresiva de ponderación”, señaló el decano de Sociales. De hecho, el proyecto pondera por igual a los tres claustros, lo cual ya implicaría un cambio radical en la composición del electorado actual. Basta recordar que los profesores tienen un 50 por ciento de incidencia en las votaciones vía consejos directivos.
Grüner y Schuster creen que habría que evitar también otro riesgoso desequilibrio: el predominio de las facultades con más alumnos y, por ende, más graduados y docentes. “Hay que garantizar que el resultado no se desbalancee. Las facultades tienen culturas muy diferentes y sería importante contemplar esa diversidad, no imponer ninguna cultura en el gobierno de la universidad. Si la elección directa fuera universal absoluta, no se podría ponderar por facultad y por claustro.” La propuesta fue presentada ante la convocatoria del Consejo Superior de la UBA para conformar el temario de la próxima asamblea universitaria, todavía postergada y sin fecha de realización.