UNIVERSIDAD
Una década de caídas y recaídas para los fondos universitarios
Un informe elaborado en el CIN demuestra que el poder adquisitivo del presupuesto cayó un 70 por ciento entre 1994 y este año.
Por Javier Lorca
No importa mucho el ángulo desde donde se mire. El resultado se repite igual: siempre sale perdiendo el presupuesto universitario. Un informe realizado en el seno del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) demuestra que los fondos invertidos en la educación superior argentina decrecieron en la última década, ya sea respecto del presupuesto nacional, de la recaudación impositiva, de lo normado por la ley o de lo invertido por alumno. Eso sin hablar de la inflación acumulada: “Para mantener el mismo poder adquisitivo de hace diez años, hoy deberíamos contar con un presupuesto de 5316 millones de pesos”, explicó Eduardo Asueta, rector de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), a cargo del trabajo. Como en la actualidad los fondos universitarios suman 1991 millones, la conclusión es que las casas de estudios perdieron casi un 70 por ciento de sus recursos.
El informe fue realizado en la Comisión de Asuntos Económicos del CIN. A partir de datos oficiales (de los presupuestos nacionales y de los ministerios de Educación y de Economía), se analizó la evolución del presupuesto entre 1994 y 2003, comparado con diversas variables. “Este trabajo demuestra el atraso que ha sufrido el presupuesto universitario”, comentó a Página/12 Asueta, titular de la comisión.
¿Qué hubiese ocurrido si se cumplía con la Ley Federal de Educación? Esa pregunta guió uno de los apartados del informe. Es que la ley 24.195, que data de 1993, establecía en su artículo 61 un paulatino aumento del presupuesto. “Pero nunca se cumplió –dijo Asueta–. Si eso se hubiera hecho, en 1997 habríamos tenido más recursos que hoy.” Según el trabajo, en aquel año el sistema educativo superior debería haber recibido 2198 millones, cuando en realidad recibió bastante menos: 1611 millones. Y en este 2003, el presupuesto apenas es de 1991 millones. Al incumplirse con la ley, en estos años “las universidades fueron privadas de 4900 millones de pesos”.
El informe también cotejó la evolución de los recursos universitarios respecto del presupuesto nacional. Y se detectó una clara involución. Mientras en 1994 el porcentaje de los fondos nacionales destinado a la educación superior era del 3,49, en 2003 la cifra se desbarrancó hasta el 3,01. “Si hoy se continuara destinando el 3,49 del presupuesto nacional, el sistema universitario recibiría 2310 millones”, calculó el rector de la UNER. Una diferencia con los fondos actuales de casi 320 millones: con un monto como ése se financia la universidad más grande del país, la UBA.
El retroceso presupuestario reapareció cuando se tomó como indicador la recaudación tributaria. Es decir, el ajuste sufrido por la universidad no se debe a falta de recursos. En el ‘94, el 3,11 por ciento de lo recaudado se dirigía al financiamiento universitario. Proyectando hasta diciembre lo recaudado en el primer semestre de este año, en el informe se calculó que al término del 2003 las universidades habrán percibido el 2,81 por ciento de los fondos tributarios. “Con el mismo porcentaje que recibíamos en 1994, este año estaríamos recibiendo 2207 millones”, apuntó el rector.
Finalmente, el presupuesto cayó estrepitosamente ante el incremento del número de estudiantes y la inflación acumulada. Respecto de 1994, el presupuesto por alumno (ajustado por inflación) perdió casi un 70 por ciento de su valor. “Los pesos de hoy no valen lo mismo que los del ‘94. Cada cien pesos que recibíamos por alumno, hoy recibimos poco más de 26 –explicó Asueta–. Para mantener el mismo poder adquisitivo de hace diez años, hoy deberíamos contar con un presupuesto de 5316 millones.” En el informe se indica que en la actualidad se percibe un 26,3 por ciento de lo que llegaba hace una década a las arcas de las casas de estudios por año/alumno.
Los datos recabados serán parte de los insumos que usará el CIN para presentar ante el Gobierno un diagnóstico de la situación universitaria. “Estamos elaborando un documento, poniendo de manifiesto los problemas de inversión en la universidad, tanto en educación como en ciencia y tecnología –señaló a este diario el rector de la Universidad Nacional del Litoral, Mario Barletta–. Sobre estos elementos, vamos a sugerir políticas para revertir esta difícil situación y afrontar en especial la cuestión salarial, la inversión en investigación y desarrollo, la estructura de cargos docentes y la articulación del sistema.”