UNIVERSIDAD › CUESTIONAN A UN ASESOR DE CIENCIA Y TECNOLOGIA
“Una mancha en la gestión”
Los delegados del Conicet piden la renuncia de un funcionario de Educación que, en 1976, defendió a la dictadura y negó persecuciones.
Por Javier Lorca
“No es cierto que la gente de izquierda esté siendo perseguida en Argentina. Están siendo perseguidos los terroristas y las personas culpables, prescindiendo de sus preferencias políticas.” El eco de esas palabras expresadas en agosto de 1976 se vuelve hoy contra quien las rubricó: Hugo Levato, doctor en Astronomía y actual asesor de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (Secyt). El plenario nacional de delegados del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) manifestó su repudio y reclamó la renuncia del funcionario. Por su parte, el titular de la Secyt, Tulio del Bono, calificó a aquellas afirmaciones de “erróneas y desafortunadas” y dijo que solicitó la intervención de la Secretaría de Derechos Humanos.
Publicitado ahora por los representantes gremiales de ATE-Conicet, el caso se remonta al 22 de julio de 1976. Ese día, la revista Nature publicó una carta firmada por setenta científicos italianos, en la que advertían sobre los estragos que estaba causando en la comunidad científica argentina la Ley de Prescindibilidad, recién dictada por la junta militar. La denuncia detallaba que se estaba dejando sin trabajo y persiguiendo por razones políticas a no menos de 550 científicos del Conicet, el INTA y otros organismos.
Casi un mes después, el 19 de agosto del ‘76, en la sección correspondencia de la misma revista aparecía una respuesta escrita también en inglés y firmada por Hugo Levato desde Tucson (Arizona, Estados Unidos), donde aquél tomaba cursos posdoctorales. Levato comenzaba manifestando su sorpresa porque “este grupo de científicos italianos” no se hubiera manifestado ante la cesantía injustificada de miles de empleados públicos durante el previo gobierno peronista. Y seguía: “La subversión en Argentina puede encontrarse en cada departamento e institución gubernamental. Subversivos no son sólo aquellos que ponen bombas; son también aquellos que de diferentes maneras apoyan a la guerrilla... Argentina está peleando por su supervivencia contra estos grupos y afortunadamente está ganando. Por supuesto, puede haber casos injustificados en los que una persona inocente es relevada de su responsabilidad, pero muchos más inocentes perdieron sus vidas en atentados terroristas”.
En el párrafo siguiente Levato declaraba: “Estoy completamente seguro de que entre los 550 científicos (según la carta de los científicos italianos) que perdieron sus empleos debería haber unas pocas víctimas inocentes. Estos errores son inevitables, pero también hay muchos más que usaron sus empleos públicos para el activismo político. Conozco personalmente científicos que en muchos años no publicaron un paper describiendo sus investigaciones. Aparentemente, no había investigación que se adecuara a sus intereses personales, sólo la política. Durante muchos años los contribuyentes pagaron sus salarios. No es cierto que la gente de izquierda esté siendo perseguida en Argentina. Están siendo perseguidos los terroristas y las personas culpables, prescindiendo de sus preferencias políticas”.
Hace un mes, los delegados del Conicet se enteraron de la existencia de aquella carta enviada por Levato, un especialista en astrofísica que este año ingresó como asesor de la Secyt. “Casi 30 años después, pensamos que Levato, estando lejos del país, pudo haberse equivocado y ahora rectificarse. Pero nuestros compañeros de la Secyt nos dicen que, por el contrario, sigue ratificando su postura y justifica la teoría de los dos demonios –dijo a este diario Juan Manuel Sueiro–. Esto está generando el repudio generalizado de la comunidad científica. Es una mancha en la gestión del Ministerio de Educación. Y no va de la mano con la política del Gobierno en derechos humanos.”
El propio Sueiro y Jorge Girotti, también delegado del Conicet, recordaron en una nota que, en los mismos días en que Levato veía publicado su parecer en Nature, fuerzas militares secuestraban a GustavoGiombini, ingeniero agrónomo que trabajaba en el INTA, y a Dante Guede, técnico del Conicet. Al año siguiente también serían desaparecidos Alfredo Giorgi, del INTI, Federico Alvarez Rojas y Daniel Bendersky, ambos de la CNEA.
Consultado por Página/12, el titular de la Secyt, Tulio del Bono, señaló: “Esas declaraciones fueron erróneas y desafortunadas y, por supuesto, no las comparto. Levato me asesora en cuestiones científicas y esa función la cumple correctamente. No puedo ponerme a evaluar lo que opinaba cada uno hace 27 años. Levato me presentó un descargo reconociendo que se había equivocado y yo le pasé toda la información a la Secretaría de Derechos Humanos para que me asesore acerca de qué conviene hacer”. En ese descargo, Levato reconoció que aquella carta fue modelada por su inexperiencia “pero fundamentalmente por el entorno informativo con el cual contaba”. También agregó: “No fui ni soy partidario de la violencia... en particular cuando esta violencia es ilegalmente ejercida por el Estado”. El secretario Del Bono comentó que ayer mismo se comunicó con su par de Derechos Humanos, Eduardo Duhalde, y que éste le informó que recibirá a Levato en los próximos días y la semana que viene daría una respuesta.