UNIVERSIDAD › ALBOR CANTARD, NUEVO SECRETARIO DE POLíTICAS UNIVERSITARIAS

“Una política más planificada”

En contraste con otras voces del macrismo, Cantard aseguró que el sistema universitario “seguirá siendo gratuito” y que serán respetadas las universidades creadas bajo el kirchnerismo. Se pronunció a favor de una nueva ley para el sector.

 Por Delfina Torres Cabreros

“Nadie tiene que tener ninguna duda de que el sistema argentino de educación superior público seguirá siendo gratuito”, aseguró a Página/12 Albor Cantard, que en el mediodía de ayer asumió como secretario de Políticas Universitarias, en el Ministerio de Educación. Cantard es radical, se desempeñó como rector de la Universidad Nacional del Litoral durante los últimos ocho años, y su nombre surgió como candidato a ocupar la secretaría luego de que, ante las críticas de la comunidad académica, el ministro Esteban Bullrich diera marcha atrás en intención inicial de designar al productor televisivo y psicólogo Juan Cruz Avila. Tomando distancia de posturas y declaraciones hechas por otros funcionarios del gabinete macrista, Cantard dijo a este diario que, además de la gratuidad, serán respetadas las universidades creadas por los gobiernos kirchneristas y que buscará disponer una “mayor planificación y transparencia” sobre la “expansión del sistema universitario”. Además, señaló la necesidad de sancionar una nueva Ley de Educación Superior (LES) que, a diferencia de la actual, “diga lo menos posible”.

–¿Cómo evalúa la política universitaria de los últimos doce años?

–Creo que ha sido un período donde el presupuesto universitario, con diferentes vaivenes, ha ido incrementándose. Sin duda alguna, ha sido un período de expansión de la educación superior. El aspecto a mejorar, a mí juicio, es que la expansión del sistema, la mayor inclusión, debe ser una política más planificada y se debe buscar mayor transparencia y equilibrio en la distribución de los fondos.

–¿Tiene definido un programa de trabajo o una serie de prioridades para las políticas universitarias?

–Estamos trabajando en eso. Creo que la primera etapa implicará reunirme en los próximos días con el ministro y el equipo de gestión y lo que ya hemos señalado como los ejes estratégicos: trabajar para la mejora permanente de la calidad universitaria y profundizar la articulación entre la escuela secundaria y la universidad. Yo entiendo que no podemos hablar seriamente de calidad en la educación superior si no hay trabajo articulado con el nivel medio. Además, para mejorar la calidad tenemos que tener un diagnóstico preciso.

–Los objetivos de su gestión serán, entonces, mejorar la calidad y la articulación de los niveles...

–Esencialmente la articulación, porque no es un tema sencillo. Es una cuestión que no sólo es del Ministerio de Educación ni de la Secretaría de Políticas Universitarias, sino de las propias universidades. En algunos casos, los propios universitarios nos hemos conformado con echarle la culpa de lo mal que llegan las chicos a la secundaria sin señalar que esos profesores son los que los propios universitarios estamos formando. Entonces, hay que pensar cómo hacemos desde el sistema universitario para formar a los mejores profesores para que tengamos a los mejores alumnos, que puedan acceder a la formación universitaria en mejores condiciones.

–¿Le parece necesario modificar la Ley de Educación Superior? ¿Hay algo hablado sobre esto?

–En lo personal, aspiro a que en los próximos años podamos tener una nueva ley. Esta es una deuda de estos doce años también. Hemos convivido con la ley universitaria de los 90 y creo que merecemos dar un amplio debate con todos los sectores: los consejos de rectores, tanto el CIN como el CRUP; todas las entidades gremiales, tanto las docentes como las no docentes y las de los estudiantes, y procurar llegar a una propuesta con alto grado de consenso.

–¿Específicamente qué es lo que critica de la ley vigente?

–Yo aspiraría a que la próxima LES diga lo menos posible. Las leyes muy reglamentaristas terminan atacando las autonomías universitarias. Tiene que ser una ley ordenadora del sistema, con muy pocos artículos y donde la garantía de la autonomía universitaria sea respetada.

–Están quienes piensan que las normas son también un instrumento para articular las políticas universitarias con un proyecto de país...

–Creo que la posibilidad de articular proyectos nacionales desde el Ejecutivo con el sistema universitario es la principal tarea que vamos a tener desde la SPU, respetando siempre las autonomías universitarias. El sistema universitario argentino en los últimos años, fundamentalmente en el sector público, ha demostrado que tiene un compromiso muy fuerte con el desarrollo del país y no imagino a las universidades argentinas pensando en un proyecto ajeno al crecimiento nacional.

–¿Qué opina de la reciente reforma de la LES, que instauró por ley la gratuidad universitaria y el PRO se negó a votar?

–Ahí hay dos temas para abordar. A mi juicio ésa es una reforma que apareció en el marco de la campaña electoral, y digo esto por lo siguiente: el tema de la gratuidad está consagrado en la Constitución Nacional y nadie tiene que tener ninguna duda de que el sistema argentino de educación superior público es y seguirá siendo gratuito. El otro tema que hay que abordar, porque ha generado mucha preocupación, es el ingreso. Hay determinadas carreras que exigen cierta experticia al ingreso, hay un esfuerzo de muchas universidades para armar cursos de articulación previo a los primeros tramos del estudio universitario y este es un tema que deberíamos abordar urgentemente para dar un respuesta.

–Desde el macrismo también han criticado las universidades creadas en el último tiempo. ¿Qué opina?

–Creo que en su momento se dio el debate. Por ley, el CIN se debe expedir ante la creación de las universidades. El CIN en muchos casos lo ha hecho: en algunos favorablemente, en otros negativamente. Cada uno de nosotros en su momento opinó al respecto. Pero lo cierto es que hoy las universidades están creadas por ley y los argentinos nos tenemos que acostumbrar a ser firmes respetuosos de la ley. Lo mejor que podemos hacer por estas universidades nuevas es darles todas las posibilidades para que sean universidades de calidad. Es importantísimo que las universidades con más trayectoria, historia y prestigio sean un elemento de valoración para que las universidades nuevas alcancen niveles de calidad los antes posible.

–¿Qué le pareció el anuncio inicial de que Juan Cruz Avila iba a asumir al frente de la SPU?

–Con Juan Cruz venimos trabajando hace un tiempo, acercando ideas al ministro y se evaluó, en un primer momento, la designación de él. Es alguien que viene trabajando muy fuertemente en el Hospital de Clínicas, que depende de la UBA, y tiene conocimiento del tema y una expertise muy interesante, que sin duda va a seguir aportando a las tareas que vamos a comenzar en los próximos días.

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