[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

“Estamos en el medio de un volcán.” Un dirigente sindical de los docentes definía de esa manera el conflicto desatado ayer con los rectores mientras buscaban una mejora de los sueldos. Los no docentes, por su lado, firmaron con las autoridades del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) un acuerdo para “blanquear” sumas que se venían cobrando “en negro”. Y, cuando los docentes se preparaban para añadir su autógrafo en un acuerdo similar, una breve cláusula provocó la erupción.
Como informó este diario, el CIN, los gremios y el Ministerio de Educación habían acordado de palabra otorgar una modesta mejora a los ingresos de 100 mil docentes y unos 36 mil trabajadores universitarios. ¿Cómo? Si el nuevo conflicto no la frustra, la idea es apelar a 65 millones de pesos del presupuesto para incorporar efectivamente a los salarios diversos montos extra que se vienen cobrando desde hace varios años. En su momento, esos montos se sumaron como remunerativos (eran contemplados al hacer los descuentos para jubilación y obra social) pero no como bonificables (eran ignorados al calcular la antigüedad, por ejemplo). Concretamente, eso implicaría, según los casos, un aumento de entre un 8 y un 20 por ciento para los docentes con cargos simples y semiexclusivos. Apenas unos 20 pesos para cada uno, se estimó.
Los rectores se reunieron ayer en el CIN. “Aprobamos por unanimidad los acuerdos para posibilitar el blanqueo de cifras que se estaban pagando prácticamente en negro”, dijo a Página/12 el titular del CIN, Alberto Dibbern. “Ya se firmó el acuerdo con la Fatun (el gremio no docente) y la semana que viene lo estaríamos firmando con los docentes.”
El optimismo de Dibbern no es compartido por los docentes. “No vamos a firmar el acuerdo porque no garantiza que todos los docentes vayan a cobrar el blanqueo”, avisó Pedro Sanllorenti, secretario adjunto de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). El problema es que el acta aprobada por los rectores incluye una cláusula según la cual los montos en cuestión se van a bonificar de acuerdo con lo que se negocie en paritarias locales.
“Ninguna universidad quiere poner plata propia. Con esa cláusula se cubren por si el presupuesto no les alcanza para pagarles a todos los docentes. Si lo dejamos pasar, cada universidad va a terminar pagando lo que quiera o pueda. Y muchos pueden quedarse sin cobrar. Para nosotros es un punto de no retorno.” Hoy, en un plenario, la Conadu definirá posición. Ayer los gremialistas analizaban esperar una semana para ver si los rectores dan marcha atrás y, si no, lanzar una medida de fuerza.
El acuerdo propuesto por los rectores tampoco satisfizo a los docentes enrolados en el otro sindicato nacional, la Conadu Histórica. “Con este acuerdo, los rectores están ratificando la continuación de la política menemista en la universidad. Implica la atomización de los salarios: docentes con un mismo cargo estarían cobrando sueldos diferentes en las distintas universidades –dijo José Luis Molina, secretario general–. Además, esta propuesta tampoco contempla a los 10 mil docentes del nivel preuniversitario.”
A última hora de ayer, el Ministerio de Educación intentaba interceder para alcanzar un punto de consenso. De todos modos, para lograr cualquier cambio deberán reunirse y votar otra vez los rectores.
El único punto aprobado por el CIN que no generó controversia fue la mejora que recibirían los docentes con dedicación exclusiva: desde marzo, cobrarían un plus remunerativo de 50 pesos.