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En el principio lo intentó (presionó, trabajó e insistió) Carlos Ruckauf, pero no tuvo éxito. Ni siquiera cuando lo recomendó el propio Eduardo Duhalde. La negativa a que sea el presidente de la estratégica Comisión de Relaciones Exteriores no sólo provino de buena parte de sus pares, fundamentalmente la oposición llegó desde la Rosada. Fueron varios los justicialistas que se ofrecieron para el puesto. Sin embargo, la elección recayó, con el visto bueno del presidente Néstor Kirchner, en el jefe del bloque Convergencia, el kirchnerista no justicialista Miguel Bonasso.
Todavía no hay una comunicación oficial. Todo indica que se realizará una vez que Kirchner retorne de su gira por Venezuela donde Bonasso forma parte de la comitiva oficial junto a otros legisladores (ver página 2). “Es posible que allí se termine de definir”, comentaron a Página/12 colaboradores del periodista ahora diputado. En el bloque Convergencia todavía no salen de la sorpresa y de la alegría. Juran que la noticia les llegó durante la tarde del miércoles.
“La decisión de que Bonasso dirija la comisión es de estricta responsabilidad del Presidente”, indicó uno de los diputados de mayor peso en el bloque oficialista. Y es así porque, cuando el nombre de Ruckauf comenzó a sonar para ese puesto, el kirchnerismo de la Cámara baja puso el grito en el cielo. Al Gobierno tampoco le vino en gracia esa nominación a pesar de que el nombre del ex canciller figuraba como un pedido expreso de Duhalde.
“Cada vez que el Presidente viaje al extranjero o que llegue al Congreso un tema relacionado con la política exterior tiene que estar una persona que coincida plenamente con el proyecto del Gobierno. Y Ruckauf claramente no cumple con esos requisitos”, argumentaron en su momento los legisladores kirchneristas. Curiosamente, ayer, este mismo argumento salió de la boca de uno de los legisladores duhaldistas de mayor predicamento en la Cámara baja.
Que la designación de Bonasso contara con la bendición presidencial no impidió que hubiera generado resquemor en las filas del PJ. Hasta último momento pensaron que la decisión iba a recaer en algún integrante de la bancada oficialista. Prácticamente resignados, ahora los justicialistas dicen que si bien la presidencia la perdieron, la mayoría la mantendrá el PJ: “Es una forma de controlar”, sostuvieron.
Con la definición de Bonasso prácticamente se está cerrando el complicado armado de las comisiones parlamentarias. Aunque todavía puede haber modificaciones, todo indica que la distribución entre el duhaldismo y el kirchnerismo es equilibrada.
Por caso, los seguidores del ex presidente controlarán una decena de comisiones, entre las que figura Jorge Villaverde en Defensa, María del Carmen Falbo en Justicia, Alfredo Atanasof en Mercosur, Hilda “Chiche” Duhalde en Asuntos Municipales, Carlos Brown en Industria y Saúl Ubaldini en Trabajo, entre otras. El duhaldismo podría arrogarse tres comisiones más si se considera que los salteños Juan Urtubey (Asuntos Constitucionales) y Beatriz Daher (Transporte) y el jujeño Carlos Snopek (Presupuesto), todos de pasado menemista, mantienen una estrecha relación con los bonaerenses.
El kirchnerismo, en tanto, tendrá bajo su órbita ocho comisiones considerando a Bonasso en este grupo a pesar de no formar parte del PJ. Así, Osvaldo Nemirovsci (Río Negro) estará al frente de Comunicaciones, Eduardo De Bernardi (Chubut) en Intereses Marítimos, Dante Elizondo (San Juan) en Turismo, Guillermo Amstutz (Mendoza) en Libertad de Expresión, Ricardo Falú (Tucumán) en Juicio Político, Stella Córdoba (Tucumán) en Defensa del Consumidor, el correntino Hugo Perié en Derechos Humanos y la santacruceña Silvia Esteban en Educación.
En franca minoría quedó el menemismo que dirigirá sólo tres comisiones. Adrián Menem finalmente quedó relegado a Economías Regionales, el ahora renegado de este grupo, José Figueroa (Santiago del Estero) estará al frente de Pymes y el cordobés Oscar González en Acción Social y Salud Pública. Son tres, pero importantes. El reutemismo también controlará tres comisiones, Agricultura, Legislación General y la comisión Mixta Revisora de Cuentas con Oscar Lamberto a la cabeza.