La Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini continúa en estado de ebullición interna. Entre las amenazas de bomba cotidianas –dos ayer y 32 en lo que va del mes–, los alumnos mantuvieron una toma pacífica con dictado de clases y exigieron la renuncia de dos preceptores a los que acusan de haber agredido a algunos estudiantes durante los incidentes de anteayer. Mientras los docentes de la Ctera se declararon en estado de alerta y amenazaron con realizar una huelga, un grupo de padres reclamó la dimisión del rector Juan Carlos Viegas y los vicerrectores que lo acompañan en la gestión. A última hora de ayer, las autoridades del colegio se encontraban reunidas con el consejo asesor para organizar un comité de crisis.

A las ocho de la mañana, mientras los estudiantes realizaban una asamblea para decidir si continuaban con la toma iniciada el miércoles, se recibió un llamado con amenaza de bomba en la escuela. Igual, los alumnos decidieron mantener la toma. Al mediodía brindaron una conferencia de prensa junto con docentes del gremio AGD y padres, en la que exigieron el despido de los preceptores Héctor Mastroggiovani y Pablo Prada. Según denunciaron, el miércoles dos alumnas terminaron golpeadas en incidentes en los que también habría participado personal policial. Al rato, todo se complicó cuando el gremio Ctera se proclamó en estado de asamblea y anunció que “no estaban dadas las condiciones para desarrollar las tareas con normalidad”. Los alumnos están cursando la etapa final del ciclo lectivo y deben rendir exámenes integradores para completar normalmente el año.

El presidente del centro de estudiantes, Julián Asiner (PO), aseguró que la situación “está cada vez más complicada. Nosotros estamos en medio de una pelea entre dos camarillas: la de (la Facultad de Ciencias) Económicas a través del rector y la de Ctera a través del vicerrector. Estamos haciendo todo lo posible para que Ctera nos dé clases, porque los que son de la AGD sí lo hacen”. Por su parte, el representante de Ctera, Marcelo Creta, aseguró que si los alumnos “levantan la medida, nosotros no tenemos problema en continuar con las clases. Repudiamos los hechos de violencia de ayer (por el miércoles), pero denunciamos un plan de desestabilización institucional. Ya van 32 amenazas de bomba en lo que va del mes”. En un sentido similar, el rector Viegas denunció que la seguidilla de amenazas y las consideró “un ataque institucional” dirigido a desestabilizarlo.

Como viene sucediendo a lo largo del conflicto iniciado en el primer tramo del año, los padres volvieron a manifestar su preocupación. En la conferencia de prensa, leyeron un comunicado que habían consensuado en una asamblea: “Los hechos de violencia brutal desatados en el día de ayer (por el miércoles) contra nuestros hijos son el producto de una escalada de amenazas y violencia que crecen día a día desde que Viegas asumió como rector de la escuela. Entre ellas, la presencia de personal docente sumariado por acoso sexual en contacto con alumnos; el ataque al local del centro de estudiantes”. Y añadieron las amenazas de bomba recurrentes, entre otros incidentes. Allí pidieron la intervención del rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Rubén Hallú, y del Consejo Superior para que “resuelvan de inmediato esta situación de impunidad que tiene como víctimas a nuestros hijos, la mayoría de ellos menores de edad”.

Anoche la Ctera definía levantar las medidas y hoy dar clases con normalidad. Creta explicó que el gremio “no quiere que se sancione a ninguno de los implicados en el incidente. Que se inicie un sumario y se investigue, sí, pero hasta que no se demuestre lo que pasó que no se tomen represalias. Mastroggiovani y Prada terminaron los dos con heridas, uno con una mordida importante, y estaban intentando cumplir con el plan de evacuación por la amenaza de bomba”. En tanto, el consejo asesor de la escuela evaluaba ayer la conformación de un comité de crisis que trabaje para intentar encarrilar el conflicto. Los padres ya se convocaron para una nueva asamblea el martes que viene, en la que discutirán la posibilidad de marchar hasta la sede del rectorado de la UBA, para mantener una reunión con Hallú y pedirle personalmente que intervenga.