Sobre los cuestionamientos a la candidatura al rectorado de Atilio Alterini –por su paso como juez y funcionario porteño bajo la última dictadura–, Oteiza recuerda un caso ocurrido en la Facultad de Ciencias Sociales hace algunos años: “Se presentó como candidato a consejero directivo un profesor que había sido director nacional de Vivienda durante la dictadura. Lo objetamos y tuvieron que bajarlo de la lista. Este profesor no había torturado ni señalado a nadie, pero en el lugar donde tuvo responsabilidad esos hechos ocurrieron con demasiada frecuencia y no hay registros de que haya hecho o dicho algo. Una persona con esos antecedentes no podía ocupar un cargo electivo en una institución como la universidad, cima del sistema educativo, donde se supone que se ejerce una representación académica, ética y cívica. Lo menciono porque es un caso similar al de Alterini, alguien que ocupó un cargo público sin alta responsabilidad, pero pertenece a los sectores que no dijeron nada, sectores que se quedaron pasivos mientras otros pasaban a la resistencia. No son responsables de los crímenes de Estado, ni de su formulación ni de su concreción, pero sí formaron parte de los cuadros dirigentes de ese Estado. Creo que son cargos que inhabilitan para ser rector de la universidad más importante de la Argentina”.