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Los primeros días de “Friends”, la sitcom más famosa del mundo
En VHS y DVD se editan los capítulos de las primeras temporadas de la serie, que está a punto de cumplir 10 años de vida.
Por Horacio Bernades
Todo empezó el 22 de septiembre de 1994, cuando en la NBC se vio por primera vez a un grupo de chicos y chicas que ya no lo eran tanto, bailando y jugueteando –despreocupados pero elegantísimos– alrededor de una fuente neoyorquina, al contagioso ritmo de una canción cuyo estribillo repite “Estaré allí por vos”. Nueve años más tarde, “Friends” es, por derecho propio, un clásico de la televisión estadounidense convertido a su vez en un programa de consumo global. Quien lo dude, saque cuentas: a la serie protagonizada por Jennifer Aniston, Matthew Perry & Cía. le falta sólo un año para igualar el record de “Yo quiero a Lucy”, reina coronada del género desde los años ‘50 en adelante. ¿Lo logrará? Algunos aseguran que no llega, pero será cuestión de ver. Por el momento y corroborando su carácter de clásico, aquí están en video las primeras temporadas de Friends, editadas por AVH y a disposición del coleccionista de reliquias pop-televisivas.
La oferta es doble, en formatos VHS y DVD. En DVD, la compañía AVH viene editando las dos primeras temporadas de la serie desde comienzos de mes. Hasta el momento salieron sendos packs de cuatro discos cada uno. Cada pack contiene los 24 episodios correspondientes a cada temporada y una buena cantidad de adicionales, totalizando unas 10 horas de contenidos. En VHS, a partir de la semana próxima la misma editora hará llegar a quioscos de revistas y otros puntos de venta la primera entrega de la colección Friends. Acompañada de un fascículo y de periodicidad quincenal, cada entrega contiene cuatro episodios y se vende a razón de 16,90 pesos, estimándose que la primera temporada debería quedar completada para comienzos de octubre.
La serie creada por Kevin S. Bright, Martha Kauffman y David Crane es un triunfo de la economía de medios, en el que un elenco que parecería conocerse desde siempre se apoya sobre guiones acerados, para concretar 22 minutos que con demasiada frecuencia suenan perfectos. Y que nadie se arrogue el crédito, porque se lo inventaron ellos solos. ¿Acaso alguien conocía de antes a los guionistas, a alguno de los directores rotativos, a los miembros del elenco? Como toda sitcom (comedia de situaciones), no se espere aquí una gran variedad de escenarios, personajes que cambien demasiado a lo largo de los años ni una puesta en escena que vaya más allá del ABC funcional. Ya se sabe que los decorados se reducen básicamente a tres, a cual más artificial: el departamento de Mónica (al que ya en el primer episodio va a parar Rachel), el de Chandler y Joey (¿comparten alquiler o es de uno de los dos?) y Central Perk, el pubcito más o menos fashion que sirve con frecuencia al prólogo y/o epílogo.
La estructura de cada episodio es igualmente probada y reiterada: una escena de presentación precede a los títulos –invariablemente se remata con un chiste y suele no tener relación con lo que ocurre en el resto del episodio– y otra escena equivalente cierra mientras desfilan los títulos finales, conduciendo también al inevitable (y envidiable) punch-line. Pero, a diferencia de la de apertura, este epílogo sirve de coda al episodio entero. Entre una y otra, el reiterado milagro de toda buena sitcom: en 20 minutos o menos se presenta, se desarrolla y se concluye ya no una historia sino, en este caso, seis. Estas dos primeras temporadas que ahora se presentan en video rebosan, por supuesto, de momentos clásicos, gags de antología, remates perlados. El arranque es insuperable, con la irrupción de Rachel (Jennifer Aniston) en el Central Perk, vestida de novia, con aire distraído y preguntando por Mónica, como si la situación y su atuendo fueran los más normales del mundo.
De allí en más habrá ocasión de ir conociendo a cada uno en sus mañas y manías: los cíclicos problemas de Monica (Courteney Cox) para conseguir novio (posible consecuencia de una bulímica adolescencia) y su obsesión por la prolijidad; la progresiva caída a la tierra de Rachel, niña ricaque en su vida no había hecho otra cosa que salir de shopping; la encantadora elementalidad de un italoamericano típico como Joey (Matt Le Blanc), incapaz de ver más allá de la punta de su pito; la lengua afilada de Chandler (Matthew Perry); la condición border-line de Ross (David Schwimmer) entre lo bueno y lo buenudo, y el bendito cuelgue de esa marciana rubia que es Phoebe (Lisa Kudrow). A lo largo de estos episodios, Ross terminará de elaborar el duelo ante el abandono de su esposa (que lo dejó... por una chica) y al mismo tiempo y con toda las vueltas del mundo intentará seducir a Rachel, con quién tendrá que ver, de una u otra manera, hasta hoy. Porque todavía están a años luz de ponerse de novios, separarse, casarse casi sin darse cuenta en Las Vegas y (después) tener un hijo. Para no hablar de la probabilidad de que Monica y Chandler se casen. Pero ya se sabe, todo queda entre amigos. Aunque nadie sepa por cuánto tiempo más.