Martes, 31 de julio de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › UN ACTIVISTA NACIDO EN LA PLATA, ASFIXIADO EN UNA COMISARíA ESPAñOLA
Juan Pablo Torroija fue detenido en la ciudad de Girona y horas después terminó hospitalizado con golpes y secuelas de una asfixia. La policía sostiene que se ahorcó en su celda. Pero hay evidencias que ponen en duda esa versión.
Por Emilio Ruchansky
A pocas horas de ser detenido por la policía española, el argentino Juan Pablo Torroija entró el 11 de julio pasado al Hospital Trueta, en la ciudad de Girona, con diversos golpes y asfixiado. Tres días después falleció, según la versión oficial, tras haberse ahorcado en la comisaría. “Llamamos a un amigo de él en Barcelona para que viajara a averiguar. No teníamos noticias hacía dos semanas. Nadie nos informó de su muerte. Y este amigo supo, por otro, que la policía lo había golpeado mucho durante la detención”, señaló ayer a este diario Ana Sol, hermana de Juan Pablo. Torroija era un activista del movimiento Okupa, estuvo con los indignados en Barcelona y se fue de ahí a fines de 2011, tras una serie de desalojos. Sus familiares exigen una nueva autopsia y ser parte querellante en el caso, mientras realizan los trámites para que la Cancillería argentina se sume al reclamo de esclarecimiento.
“Sabemos, por lo que informó el hospital, que Juan Pablo entró a las 4.52 del 11 de julio, trasladado desde la Comisaría Vista Alegre. Llegó en una ambulancia acompañado por la policía municipal. Ahora nos enteramos de que en su detención también participaron los Mossos d’Squadra, una división policial implicada en varios casos de tortura seguida de muerte”, dijo Florencia Mazzadi, directora de la organización Cine Migrante y amiga de Juan Pablo. El amigo que fue en su búsqueda, agregó, pudo ver distintos golpes en las costillas, piernas, manos y “el cuello con la nuez hundida”.
Este último detalle es el que más llamó la atención a familiares y amigos. La autopsia, a la que pudieron acceder ayer, afirma que falleció de un paro cardiorrespiratorio por la lesión sufrida en el cuello. “Pero en el cuello no hay fractura. Es decir que difícilmente se pudo haber ahorcado. Además de los golpes que tenía, en algunas partes le habían puesto cinta, no gasa, como para tapar algunos golpes”, afirmó Mazzadi. La policía adujo que Torroija fue perseguido y detenido tras intentar robar un auto. De hecho, la Justicia española abrió dos causas: una por el robo y otra por el suicidio.
El amigo de Torroija que contactaron los familiares y pudo ver el cuerpo relató que un joven italiano, también integrante del movimiento Okupa, le relató que el activista argentino fue duramente golpeado por la policía. “Y se tomó el cuello y le hizo unas señas, como dando a entender que lo habían ahorcado”, dijo Ana Sol Torroija. Ni la policía ni el hospital ni las autoridades locales informaron a los familiares, omitiendo lo dispuesto por la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. Recién el sábado pasado, 14 días después de la muerte, llegó la noticia y por vías informales.
“No hagas caso de lo que dice la policía”, dijo el joven italiano al amigo del activista argentino, antes de despedirse. Según publica el Setmanari de Comunicació Directa, los Mossos d’Squadra atribuyeron la detención y el traslado a la policía provincial. “Una vez en la celda, intentó ahorcarse con su camisa, lo que fue observado desde las cámaras de videovigilancia. Los agentes intentaron reanimarlo mientras requerían la presencia del servicio de emergencias médicas”, contaron fuentes policiales al diario catalán.
Los Mossos están implicados en dos de las tres muertes dudosas ocurridas en el último año, entre otras, la de Mustafa el Marrachki, quien también se habría ahorcado según la policía, aunque el caso está siendo investigado. En el último informe de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura se reseñan otros seis casos de supuestos suicidios en comisarías y cárceles en toda España durante 2011, advirtió Mazzadi, quien está ayudando a la familia a realizar varios pedidos a la Cancillería argentina para que intervenga como querellante.
“Recibimos las presentaciones y el tema se está evaluando. Seguramente mañana (por hoy) la Cancillería va a tomar una decisión sobre los pedidos”, afirmó anoche una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. El cuerpo de Torroija está en la funeraria Mémora que, según los familiares, sólo lo devolverá si ellos se hacen cargo del traslado del cuerpo para su posterior entierro, imposibilitando una nueva autopsia. Este último reclamo fue hecho por un hermanastro de Torroija, quien vive en España, es abogado y se presentó como querellante en representación de una hija del activista, nacida en suelo ibérico. Sus pedidos aún no recibieron respuesta.
Torroija tenía 41 años, vivía hacía ocho en España y era padre de dos hijos. Se mantenía haciendo changas, muchas relacionadas con el armado del sonido para recitales.
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