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Stanley Fischer, ex vicedirector gerente del FMI que le dejó el cargo el año pasado a Anne Krueger, no debió esperar demasiado para conseguir nuevo conchabo. Ayer, el Citigroup anunció su nombramiento como presidente de una división para expandir los negocios fuera de Estados Unidos. Al hombre no le falta experiencia en mercados regionales, ya que fue responsable de los operativos de monitoreo de naciones como Rusia y Argentina, que pese a haber seguido a pie juntillas las recomendaciones del Fondo no pudieron evitar el colapso. Pero a Fischer no le pesa el fracaso, sino que acredita el mérito de conocer la realidad económica de esos y otros muchos países, a las que además aportó a generar. Tampoco es un desconocido para quienes lo contrataron: el Citigroup es un grupo con alta exposición en países endeudados como Argentina y, seguramente, más de una vez le hicieron l llegar su sugerencia a Fischer sobre cómo presionar al gobierno para que se “respetaran” sus ventajas en materia de negocios financieros. Cualquier relación con prácticas reñidas con la ética es pura coincidencia.