Cuando leí que un funcionario había dicho que Julio López es el “primer desaparecido en democracia”, sentí una mezcla de estupor y risa. En septiembre de 1985, cuando yo tenía 9 años y mi mamá le estaba dando la teta a mi hermanito, recibimos una llamada: “Señora, no se asuste –dijo un hombre del otro lado del teléfono–, a su marido lo secuestraron”. En efecto, mi viejo, Mario Luis Bertone, ex cura tercermundista, amigo del padre Mujica, que había sobrevivido a la dictadura, fue secuestrado en Santos Lugares, por hombres de pelo cortito –“tipo policías”–, había dicho el señor en el teléfono. Se lo habían llevado, dejando su auto lleno de mercadería y de dinero. Mi mamá, apelando a amigos, consiguió que un asesor de Alfonsín se comunicara con Stefanoni, el comisario general de la Bonaerense (creo), y éste con el comisario de San Martín, no recuerdo su nombre, quien le dijo a mi mamá: “Señora, por derecha, su marido no está”. A lo que mi mamá le respondió: “¿Cómo puede estar por izquierda?”. Para hacerla corta, a mi viejo lo largaron días después; según él, lo llamaban por su nombre, lo habían llevado en el suelo de un Falcon verde en el medio de una zona descampada del conurbano, donde por walkie-talkie realizaban sus comunicaciones. Al liberarlo le dijeron: “Mario, te salvaste, quedate tranquilo, no levantes la perdiz”. Hasta el día de hoy creemos que por la intervención “de arriba”, mi viejo pudo vivir unos años más. Pero también sabemos que en esa época “democrática” hubo hasta 16 desapariciones no resueltas... Y las seguimos sumando 20 años después.

Gabriela Bertone

DNI Nº 25.154.465