Miércoles, 17 de octubre de 2012 | Hoy
CIENCIA › DIáLOGO CON JUAN COUSSEAU, DIRECTOR DE LA AGENCIA DE CIENCIA Y TECNOLOGíA DE BAHíA BLANCA
A la búsqueda de introducir diseño nacional en los productos microelectrónicos, la Agencia de Ciencia de Bahía Blanca trabaja en el desarrollo de una plataforma tanto para las ensambladoras como para las pymes y sus prototipos.
Por Leonardo Moledo
–¿Por qué no me cuenta qué hace la Agencia de Ciencia de Bahía Blanca?
–El principal objetivo hoy por hoy está relacionado con las actividades de creación de un parque científico-tecnológico, y en particular yo formo parte de grupos de investigación de la Universidad Nacional del Sur, y hay un proyecto que tiene que ver con microelectrónica, que dirige el doctor Pedro Julián, del cual soy parte. Como tecnología de propósito general, la microelectrónica es transversal a otras tecnologías. Fundamentalmente, lo que hacemos es aprovechar este gran apoyo a nivel nacional, a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología (y también del Ministerio de Industria y del de Planificación)...
–¿De quién depende la Agencia?
–Es municipal. Pero la idea es proyectar este apoyo que tenemos en términos de financiamiento hacia las problemáticas locales y el desarrollo local usando la microelectrónica.
–¿Y qué se puede hacer desde la ciencia y tecnología a nivel municipal y local?
–Hay varios tipos de aplicaciones. En particular, estamos conectando de alguna manera las iniciativas locales con iniciativas y necesidades de otros municipios y otras provincias, en particular de Tierra del Fuego. Una de las posibles iniciativas a desarrollar tiene que ver con la idea de ciudad inteligente.
–¿Qué es una ciudad inteligente?
–Una ciudad donde se puedan generar servicios para el ciudadano, ya sea en términos de información o de acceso (sobre todo para personas discapacitadas), en términos de facilitar el tránsito y el tráfico, e introducir tecnología, en particular electrónica, para ver soluciones en este tipo de cosas. Y para eso es fundamental el gran apoyo que tenemos a nivel nacional y a nivel municipal.
–¿Qué cosas concretas están desarrollando?
–Ahora se está implementando la plataforma donde se va a hacer el diseño de prototipos para diferentes tipos de actores. Un escenario de actores muy importante que tenemos es el de las empresas armadoras de Tierra del Fuego, que están muy interesadas en participar solucionando problemas de diseño en Tecnópolis del Sur.
–No entiendo muy bien...
–La idea es que aquí, por intermedio de la gestión de la agencia, se haga diseño, por ejemplo, de una interfaz particular para poder acceder a un teléfono celular que ellos no estén fabricando y que hoy por hoy estén importando.
–¿Pero no son ensambladoras en general las fábricas de Tierra del Fuego?
–Claro, pero la idea es cambiar esa perspectiva: introducir diseño nacional en los productos que ellos ensamblan, para que cada vez haya más capacidad de desarrollar los propios productos (asociados al mercado argentino y potencialmente para exportación).
–¿Y se está avanzando algo en ese sentido?
–No exactamente con Tierra del Fuego, con la que estamos concretando el vínculo, pero en lo que se está avanzando más concretamente es en un proyecto para desarrollar un codificador de video para televisión digital abierta.
–¿Y eso?
–Una de las entidades que está dentro de esta plataforma es el INTI, que va a desarrollar un centro de microelectrónica asociado a Tecnópolis del Sur, con un grupo de unos 40 diseñadores. Esos diseñadores van a diseñar a nivel de circuito microelectrónico este codificador de video y eso se va a mandar a fabricar afuera del país. Ahora estamos en la etapa de ejecución del diseño.
–¿Y no lo podemos fabricar nosotros?
–Esa es la idea. Fabricar los circuitos integrados requeriría tener procesos de semiconductores que son costosísimos. Pero lo que sí se puede hacer, aunque de cualquier manera requiere personal con alta capacitación, es el diseño. Y esto es lo que estamos desarrollando en este proceso específico.
–¿Y qué otros proyectos tienen?
–Ese que le cuento es muy importante porque tiene varias ramificaciones: el codificador de video (que está pensado hoy para utilizarse en televisión abierta) se va a poder utilizar en varios tipos de productos, sustituyendo alguna interfaz de las notebooks que el Estado está introduciendo en el sistema educativo..., con eso quiero decir que se trata del diseño de un sistema entero, no de una parte de un sistema, y eso requiere un trabajo intensivo, con muy alto nivel de formación, por un período de dos o tres años.
–Eso se está haciendo en Bahía Blanca...
–Sí, y es un proyecto insignia por la relevancia que tiene. La plataforma ésta incluye no sólo las capacidades de diseño de este tipo de prototipos, sino que sirve para ayudar a diseñar placas de circuitos con un grado de complejidad que una pyme o una empresa unipersonal nunca podría desarrollar, por su costo.
–¿Y fuera del campo de la microelectrónica?
–Este proyecto particular, financiado por la agencia nacional, se llama “Tecnología electrónica de alta complejidad”. Por eso hago mención específica a la microelectrónica. La agencia municipal puso la prioridad y el apoyo en ese tipo de tecnologías justamente porque ya está el financiamiento de Tecnópolis del Sur.
–¿Qué es Tecnópolis del Sur?
–Es un consorcio público-privado donde está la Universidad Nacional del Sur, el INTI, tres o cuatro empresas (casi todas del área de electrónica). Eso tiene como objetivo llevar a cabo el proyecto de tecnología electrónica de alta complejidad de la Agencia Nacional.
–¿Y ése sería un polo de desarrollo para el país?
–Claro. Hay otros en Gran Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Córdoba, sobre todo en el desarrollo de software. Pero nosotros queremos hacer hardware.
–La fabricación concreta de todas las cosas que se diseñan...
–Las placas son parte de la plataforma; los circuitos integrados se mandan a hacer afuera.
–¿Y no hay posibilidad de que se haga acá?
–Todo depende del producto, del prototipo, de la problemática particular. Porque los costos específicos pueden ser grandísimos si uno no produce en volumen suficiente. En general, lo que se plantea es que es eficiente hacer el diseño acá y no la fabricación del microcircuito (aunque sí de las placas, del producto, de todo lo que sea envases y encapsulado).
–¿Y qué otras aplicaciones tendría esto además de codificar video?
–Bueno, siempre que uno tenga necesidad de una interfaz de video, ahí está este chip-set que va a estar jugando en el medio. Hay un estándar que este microcircuito implementa, y siempre que sea necesario ese estándar va a tener utilidad este circuito integrado.
–¿Cómo es el mecanismo de funcionamiento de la Agencia? ¿Se presentan proyectos? ¿Cómo se evalúa?
–Tenemos un consultorio de emprendedorismo y un consultorio de pymes, donde atendemos consultas generales, locales, regionales. La idea es que podamos dar soluciones a todo tipo de inquietudes para empresas de base tecnológica, aunque no necesariamente necesiten de microelectrónica.
–¿Y qué tipo de consultas reciben?
–De todo tipo. Tal vez el problema mayor de las pymes es que tienen una idea pero no tienen la forma del producto, el negocio asociado a la idea de prototipo que tienen entre manos.
–¿Qué tipo de prototipos o productos?
–Ha habido, por ejemplo, una máquina de fabricación de perfumes, o una depiladora permanente, o cepillos de dientes eléctricos, o detectores de metales para productos alimenticios y farmacéuticos. Es muy diverso el espectro.
–Y las empresas que hacen la consulta, ¿después implementan?
–No lo sabemos bien. Sabemos bien qué han venido a consultarnos, pero no sabemos bien cómo ha seguido el camino.
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