CONTRATAPA
Imperio y contraimperio
Por Eduardo Pavlosky *
En el ensayo de Toni Negri y Michael Hardt –titulado Imperio– surgen conceptos nuevos que podrían hacernos comprender mejor nuestro entorno sociohistórico actual –las nuevas producciones de subjetividad que se están gestando– y tal vez asomen nuevas perspectivas en la aparición de los nuevos sentidos de los quehaceres sociales que se inventan permanentemente en las asambleas populares y las marchas de los piqueteros (que ya son objeto de estudio en algunos centros de estudios de Europa y EE.UU.).
Los autores se refieren a la paulatina decadencia de la concepción de la soberanía del Estado-Nación.
La soberanía del Estado-Nación fue la pieza fundamental de los imperialismos q ue construyeron las potencias europeas. El imperialismo fue una extensión de la soberanía de los Estados-Nación europeos fuera de sus fronteras. Se construyeron e impusieron nuevas fronteras territoriales tanto para asegurar la pureza de la propia identidad como para estigmatizar lo diferente.
Primero los colores europeos –después el norteamericano– enmarcan la historia del imperialismo. Negri y Hardt sugieren que el nuevo sujeto político es el imperio –algo por completo diferente del imperialismo–.
Por oposición y contraste con el imperialismo, el imperio no establece un centro de poder y no necesita de límites o fronteras fijas.
Es un aparato desterritorializado de dominio –descentrado– que paulatinamente asimila la totalidad dentro de la singularidad de su expansión de fronteras abiertas en forma permanente.
Decae el sujeto Estado-Nación y surge un nuevo tipo de “individuación” (Deleuze). Mundo sin límites precisos y con regímenes nuevos y complejos procesos de desterritorialización y reterritorialización.
Petras dice que en Latinoamérica puede dejar de existir el concepto de Nación-Estado en futuro próximo y da un ejemplo: Brasil, Argentina y la mitad de Chile sería una zona desterritorializada. Desaparecen los sujetos Nación Argentina Brasil y Chile y surgiría un tipo de individuación. “Zona uno” latinoamericana, “Zona uno” de nuevos flujos globales. El concepto Zona elimina el concepto país, Petras eliminó en su nuevo concepto imperial la noción de Nación.
Ni siquiera la “Zona uno” comprometería el límite preciso de los países. Serían zonas que pasarían sus flujos por parte de los territorios sin marcar límites precisos.
El Imperio, dice Negri, se caracterizó por la falta de fronteras. No es metafórico. Es un concepto teórico. Ninguna frontera limita el reino del Imperio. El Imperio no tiene límites. Describe un régimen que abarca la totalidad espacial del mundo “civilizado”.
El Imperio no conquista –surge como un nuevo orden que suspende la historia–. Fija la eternidad del “para siempre”. Está más allá de la historia o en su fin.
Opera en todos los registros del orden social. Crea el mundo que habita. Regula y controla la naturaleza humana (qué pequeño quedó el 1984 de Orwell) el sentido de su implacable dominio, es la búsqueda de la vida social en su totalidad.
Pero no desesperemos porque los autores señalan que el paso al imperio y sus procesos globalizantes ofrece posibilidades de luchas liberadoras. La globalización no está unificada ni es un proceso unívoco.
“Nuestra tarea política no es meramente resistir a estos procesos, también es reorganizarlos y redirigirlos hacia nuevos fines. Las fuerzas creativas de la multitud que sostienen el Imperio también son capaces de construir autónomamente un Contraimperio una organización política alternativa de los flujos e intercambios globales... subvertir el imperio... las luchas deberán librarse en el terreno imperial mismo... en realidad, estas nuevas luchas ya han comenzado a surgir... la multitud tendría que inventar nuevas formas democráticas y un nuevo poderconstitutivo que algún día nos conduzca a través del Imperio y nos permita superar su dominio.”
Tal vez el contrapoder de Chiapas, del MST brasileño y los incipientes movimientos sociales argentinos sean esa alternativa al poder.
“Y tal vez lo más importante es que las fuerzas que combaten al Imperio... no se limitan a ninguna región geográfica... la nueva cartografía aún no ha sido tratada o más bien está comenzando a ser diseñada a través de las resistencias las luchas populares y los deseos de la multitud.”
En nosotros las asambleas y las marchas que recorren el país son también la gran tarea de reconstruir lazos solidarios. Cuerpo a cuerpo. Nunca más el cuerpo solo aislado y debilitado que produjo el terror en la dictadura. Nunca más. La reaparición de los lazos solidarios de los cuerpos juntos en acción. Construyendo nuestras propias cartografías del deseo de la ciudadanía que recuperó la voz de su cuerpo. La voz del escrache, a veces tan molesta e informal. Con afectos alegres. Porque la revolución será alegre o no será.
La asamblea y las marchas como fenómenos alternativos sociales enmarcados en el contexto de miseria y pobreza latinoamericana. Continente de mayor desigualdad en el mundo. Pero, tal vez como dice Negri, también produciendo nuevos fenómenos teóricos a estudiar. Pero siempre en el combate cuerpo a cuerpo. Creando nuevas cartografías del deseo. Ese es el gran desafío a desplegar.
* Psicoanalista. Autor, director y actor de teatro.