EL PAíS › LA INVESTIGACION DE LA MUERTE DEL HIJO DE CARLOS MENEM
Lejos del atentado a Junior
A pesar de la convicción de Zulema Yoma, la investigación por la muerte de su hijo provocó ya que un testigo haya sido condenado por mentir y que Mario Rotundo esté prófugo. Se afianza la hipótesis del accidente.
Por Raúl Kollmann
Un testigo condenado por mentir a tres años de prisión condicional, un ex secretario de Zulema Yoma prófugo y varios testigos que afrontarán juicios orales en los próximos meses, también acusados por mentir. Esos son los más recientes resultados de la investigación por la muerte de Carlos Menem Junior. Esta semana, el chofer de micro Jorge Horacio Brasseur, quien había dicho que vio a una mujer dentro del helicóptero de Carlitos, resultó condenado por falso testimonio por el Tribunal Oral de Rosario. Además, a Mario Rotundo, ex secretario de Zulema Yoma, se lo acusó como instigador, o sea que se le imputa haber llevado a Brasseur a dar una versión falsa de lo ocurrido. Rotundo se fue a vivir a España, se lo declaró prófugo y se libró contra él una orden de captura. Otros dos famosísimos testigos en causas calientes, el ex agente Mario Aguilar Rissi y Juan Imbessi, igualmente fueron declarados prófugos y están acusados por falso testimonio.
La condena a Brasseur es reveladora. El chofer de micro se presentó en su momento ante Carlos Villafuerte Ruzo, el juez que investigó la muerte de Carlitos, y le contó que cuando vio caer el helicóptero, detuvo la marcha de su unidad, se bajó y corrió hasta el lugar donde estaba el aparato. Allí, supuestamente vio a dos personas en los asientos delanteros, el propio Junior y el corredor de autos Silvio Oltra, pero entre los asientos también identificó a una tercera persona, una mujer, de la que sólo percibió las piernas y el cuerpo, hasta el pecho.
La versión encajaba dentro de una teoría conspirativa del atentado: una mujer había subido al helicóptero en Don Torcuato y resultó que en verdad era una terrorista –incluso se dijo que era iraní–, que forcejeó con Carlitos y Oltra, y llevó el aparato al desastre.
Para el juez Villafuerte Ruzo lo ocurrido fue muy distinto. Carlitos venía volando bajo con el helicóptero por encima de la ruta, jugueteando con una joven que iba en un Fiat Uno y en ese jugueteo se llevó por delante los cables de tensión que cruzaban la ruta. El magistrado se asienta en casi 50 testigos que estaban en distintos lugares de la ruta –una estación de servicio, una gomería, choferes que venían manejando, empleados, gente que pasaba– y que coincidieron, sin tener ninguna relación entre sí, en que efectivamente Junior venía volando derechito –señal de que no tenía problemas en el aparato– y que mantenía el helicóptero sobre la ruta, bien bajo. La óptica del juez fue confirmada por todos los tribunales superiores.
En el juicio oral contra Brasseur declaró el otro chofer del micro, quien dijo que no habían parado. Algunos pasajeros confirmaron que no hubo detención y un perito que realizó un estudio sobre el tacógrafo del ómnibus estableció exactamente lo mismo: el micro no se detuvo. En síntesis, se demostró que Brasseur mintió y por ello fue condenado a tres años de prisión en suspenso.
Poco después de la muerte de Carlitos, el juez Villafuerte Ruzo ya había detectado que Brasseur tuvo conversaciones telefónicas y charlas personales con el ex secretario de Zulema Yoma, Mario Rotundo, e incluso hay una escucha en lo que aparentemente se habla de dinero. Lo concreto es que el magistrado citó a Rotundo como sospechoso de haber armado el testimonio, pero el ex secretario de la primera dama –ya distanciado de Zulema– desapareció de la escena y se fue a vivir a España. Finalmente, Rotundo fue declarado prófugo de la justicia.
Por supuesto que la visión de Zulema de la muerte de su hijo es totalmente contraria a la del juez, al que acusa de haber tapado todo. Para la ex primera dama, Carlitos murió en un atentado y la versión a la que ella le adjudica más credibilidad es que hubo francotiradores al costado de la ruta y que de esa manera abatieron a Junior. Zulema seasienta en los increíbles vacíos de las primeras semanas de la investigación: el helicóptero fue desguazado y a Carlitos sólo le hicieron la autopsia un año y medio después.
Lo concreto es que uno de los testigos que encajaba con la teoría conspirativa terminó finalmente condenado, otro ya cumple con una probation y habrá más juicios orales por falso testimonio.