CULTURA › A LOS 73 AÑOS, MURIO AYER EL ESCRITOR Y ENSAYISTA PEDRO ORGAMBIDE

El hombre que no podía parar de escribir

Su muerte se debió a un ataque cardíaco. Frecuentó casi todos los géneros, desde la novela hasta el ensayo, pasando por el drama, la crítica literaria y el relato biográfico. “Hacer la América” y “Un amor imprudente” fueron sólo algunos de sus textos más destacados.

Fue bailarín de tango y folklore, trabajó como peón de campo y como creativo publicitario. El campo intelectual, no obstante, lo recordará por su labor infatigable en diversos terrenos de la literatura. Transitó la novela, el cuento, el ensayo, el teatro, la crítica, y mostró especial interés por aprehender, a través de rigurosas biografías, el mundo de los otros. Escribía a razón de tres libros por año. Ayer, a los 73, Pedro Orgambide murió, de un ataque cardíaco. “Falleció a las 11 de la mañana, mientras se afeitaba. Simplemente se desvaneció y murió”, dijo uno de sus hijos, Martín. El escritor, también padre de una hija que vive en Madrid, sufría de cáncer desde hacía varios años, aunque no habría sido esta enfermedad la causa de su muerte. En 2001 había sido distinguido Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, en una ceremonia íntima debido a su delicado estado de salud. Quienes lo conocieron, destacan su jovialidad y su verborragia.
Orgambide, nacido el 9 de agosto de 1929, también había incursionado en la crítica y el periodismo, publicó su primeros trabajos en 1942 y, con los escritores Juan Rulfo, José Revueltas, Heraclio Zepeda, Miguel Donoso Pareja y Julio Cortázar, fundó en México la revista Cambio en 1975. Dejó una vasta y significativa obra literaria, que él mismo definió así: “De esa tensión que remeda tantas veces el habla oral –eco de la vida de la gente, de la que uno es portavoz, memoria de otras voces– está hecha también mi literatura”. Sus amigos y colegas lo definían como un gran “narrador oral”, alguien que era capaz de quedarse horas hablando y debatiendo e incluso representando futuros personajes de obras teatrales escritas por él. Autor prolífico, había entregado recientemente dos nuevas novelas listas para publicar: Tango para Gardel, que aparecerá en marzo próximo, y una dedicada a los años ‘40.
Durante el último año de la escuela primaria, Orgambide fundó un club para chicos con el nombre del poeta que admiraba: Alvaro Yunque. Publicó sus primeros poemas en el periódico Orientación, que dirigía Raúl González Tuñón, entre 1942 y 1945. Su primer libro, Mitología de la adolescencia, fue publicado en 1948, cuando regresó del interior del país, donde trabajó como peón de campo. Fue bailarín y maestro de Estética en la Escuela de Danza Contemporánea de Ana Itelman. En 1954, mientras trabajaba en la sección deportiva del diario Noticias Gráficas, publicó su primer ensayo, titulado Horacio Quiroga, el hombre y su obra. Estuvo presente como cronista en el bombardeo del 20 de junio de 1955 en la Plaza Mayo, y en plena Revolución Libertadora fundó la Gaceta Literaria y publicó su primera novela, El encuentro. Estrenó su primera obra teatral a los 20 años, y también en 1959 recibió la Faja de Honor de la SADE, por su novela Las hermanas.
Durante ese año comenzó también a escribir una larga serie de cuentos para niños y preparó Crónica de la Argentina, trabajo que fue publicado por Eudeba en 1962. En 1963 se estrenó uno de sus más importantes trabajos para el teatro, el Concierto para un caballero solo, y entre 1964 y 1967 fue galardonado con importantes premios: por sus novelas Memorias de un hombre de bien y El páramo obtuvo el segundo Premio Municipal de Literatura y el del Fondo Nacional de las Artes, y ganó el segundo Premio Internacional de Novela de la revista Primera Plana por su obra Los inquisidores.
También se desempeñó como redactor creativo de publicidad y guionista de cine y televisión, al tiempo que publicó Historias cotidianas y fantásticas y los poemas Diez tangos y una milonga. Escribió para Astor Piazzolla el libreto de la ópera El ídolo, obtuvo un primer premio del Instituto Nacional de Cinematografía y estrenó otra pieza de teatro, denominada Un tren o cualquier cosa. Entre sus ensayos, se destacan Yo, argentino y Radiografía de Ezequiel Martínez Estrada, realizados en 1968 y en 1970, respectivamente.
En 1970 apareció también su famosa Enciclopedia de la literatura argentina, que realizó en colaboración con Roberto Yahni. En sutrayectoria fue también autor de varios cuentos (La buena gente, entre muchos otros), y en 1972 publicó Juan Moreira Super show y un libro de novelas breves titulado Hotel familias. En 1974, poco antes de salir al exilio, que duró nueve años, Orgambide estrenó la obra de teatro Se armó la murga. En 1976, Casa de las Américas lo premió por su libro de cuentos Historias con tangos y corridos, y ese mismo año recibió la mención del Premio Nacional de Novela de México por Aventuras de Edmund Ziller en tierras del Nuevo Mundo. En materia política, militó durante años en el Partido Comunista, aunque en los ‘70 se acercó al peronismo de izquierda. Su militancia y su compromiso siempre se trasladaron a su obra, pero de un modo sutil, nunca panfletario.
Fue jurado de Casa de las Américas, coordinador de un taller de escritores del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, estrenó –con el grupo uruguayo El Galpón– la obra Prohibido Gardel y, ya cerca de su regreso a la Argentina, presentó Cantares de las Madres de Plaza de Mayo. En 1984 publicó El arrabal del mundo y Hacer la América, primera y segunda parte de una trilogía titulada Novelas de la memoria, premiada por el Club de los XIII, que completó al año siguiente con Pura memoria. Ese año aparecieron también la autobiográfica Todos teníamos veinte años y los ensayos Genio y figura de Martínez Estrada y Gardel y la patria del mito. Luego, en 1986, se estrenó Eva, protagonizada por Nacha Guevara, y publicó Historias imaginarias de la Argentina y los cuentos de La mulata y el guerrero.
Entre 1987 y 1994 editó las novelas La convaleciente y Un amor imprudente, y los cuentos Mujer con violoncello; estrenó Discepolín, con música de Atilio Stampone, y publicó Horacio Quiroga - Una biografía. Recibió el Premio Municipal Gregorio de Laferrère en 1995 por su obra de teatro Don Fausto y al año siguiente dio a conocer otra novela, El escriba, y un ensayo, Ser argentino. En 1997, en tanto, obtuvo el Premio a la Trayectoria Artística del Fondo Nacional de las Artes, publicó la novela Un caballero en las tierras del Sur, y el ensayo Un puritano en el burdel. Entre sus últimas obras, Orgambide presentó Cuentos con tangos y la novela histórica Una chaqueta para morir, ambas en 1998, y durante el 2002 publicó El diario de la crisis y Simón Rodríguez. El maestro de Bolívar. También colaboraba con el diario Clarín. El entierro será hoy a las 10, en el Panteón de Actores y Autores del Cementerio de Chacarita.

Producción: Silvina Friera.

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Pedro Orgambide tenía una trayectoria de 55 años en el mundo de la literatura.
Escribía a razón de tres libros por año y recientemente había entregado dos nuevas novelas.
 
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