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Quizá nunca se fue, aunque nació y murió en Europa. De Buenos Aires a París y viceversa, Julio Cortázar fue un hombre en tránsito, literal y literariamente. A 20 años de su muerte, y a punto de cumplirse 90 de su nacimiento (el próximo 26), el escritor argentino “regresa” al país del modo que más le hubiera gustado: abriendo de par en par las ventanas y tirando todo a la calle, “la ventana y nosotros con ella”, como proponía en Rayuela. La muestra itinerante Presencias, que se inaugura hoy a las 19 en las salas Cronopios y C, del C.C. Recoleta (Junín 1930), recreará la vida y la obra cortazariana en 1300 metros cuadrados concebidos como pasajes audiovisuales en donde se exhibirán más de 150 fotografías inéditas –tomadas por artistas como Alicia D’Amico, Sara Facio, Antonio Legarreta, Mario Pagane-tti, Manja Offerhaus y Dani Yako– provenientes de archivos de todo el mundo y ediciones de todos sus libros. Además, habrá estaciones de audio en las que se escuchará al escritor realizando lecturas y entrevistas; se estrenarán cinco videos documentales, dos obras de teatro (Torito y Ceremonia de ausencia) y entre los cuatro libros que se presentarán, se publica por primera vez La raíz del ombú, historieta realizada en forma conjunta por Cortázar y Alberto Cedrón.

El viejo más vanguardista

“Nuestra intención es mostrar un Cortázar total y coherente desde el punto de vista de su pensamiento, su vida y su obra. Porque él siguió innovando hasta el último día, y a los 70 años era más vanguardista que otros escritores mucho más jóvenes”, explica a Página/12 Facundo de Almeida, curador y director de la muestra –junto con Liliana Piñeiro–, organizada por la Fundación Internacional Argentina y coproducida en Buenos Aires por el Centro Cultural Recoleta, que permanecerá abierta al público hasta el 12 de septiembre. Ambos coinciden en señalar que el primer desafío que les planteaba el juguetón cronopio era cómo producir una exposición itinerante que viajara como lo hacía el autor de Bestiario. “Mostramos al ser humano íntegro, que amaba la literatura, la música, el box, los gatos y las artes visuales”, precisa Piñeiro. “Por eso el espacio, dividido en pasajes, invita al visitante a meterse en las preocupaciones que obsesionaban a Cortázar: el pasaje de una ciudad a otra, de Buenos Aires a París”, añade la curadora. El segundo desafío fue que la muestra no impusiera una linealidad, algo imperdonable para dos cortazarianos de pura cepa como De Almeida y Piñeiro. “El recorrido es azaroso, no hay una sola manera de transitar el espacio”, aclara Piñeiro.

Instrucciones para recorrer la muestra

“Lo mejor: no empezar, arrimarse por donde se puede”, recomendaría de entrada Julio. Si cultiva el fetichismo por los libros, caminar o saltar por la rayuela del suelo de la sala donde se exhiben las primeras ediciones del escritor, por ejemplo Presencia (firmado por Julio Denis, seudónimo de Cortázar), que no se ha vuelto a editar. “El veía los libros como un objeto de arte, tenía una relación muy particular con el objeto libro”, explica De Almeida. “El dibujo de la portada de la primera edición de Rayuela lo hizo Cortázar.” Si se cansa, tiene las estaciones de audio en las cuales puede escuchar, entre otros textos, Instrucciones para dar cuerda al reloj, con la inconfundible erre arrastrada de Julio. Si prefiere las imágenes hay dos opciones: los cinco videos documentales realizados por Alejandro Areal Vélez, con entrevistas a Manuel Antín, Laura Bonaparte, Hipólito Solari Yrigoyen y Alberto Cedrón, o las películas inspiradas en la narrativa cortazariana como La cifra impar, (1961), basada en el cuento Cartas de mamá, con dirección de Antín; El perseguidor (1962), con dirección de Osías Wilensky; Intimidad de los parques (1964), inspirada en los relatos Continuidad de los parques y Losídolos de las Cícladas, dirigida por Antín; Blow up (1966), basada en Las babas del diablo, con dirección de Michelangelo Antonioni; Week End (1967), inspirada en La autopista del sur, dirigida por Jean-Luc Godard, y Sinfín (1986), ópera prima basada en Casa tomada, con dirección de Cristian Pauls.
Si, en cambio, se inclina por las artes escénicas, el próximo viernes a las 20 se estrenará Torito, basada en el cuento homónimo del escritor, con coreografía y dirección de Oscar Araiz y vestuario de Renata Schussheim. En el transcurso de la muestra se presentará Ceremonia de ausencia, una adaptación de Marcela Ferradás (también intérprete junto con Marcelo Lombardero), con dirección de Manuel Iedvabni. En el espacio de lectura estarán a disposición del público todos los libros publicados por el escritor, algunos en sistema Braille, como Todos los fuegos el fuego y Los premios. “Nuestro objetivo es que los que visiten la muestra salgan de acá con ganas de leer a Cortázar. El mejor homenaje que podemos hacerle es que se publiquen sus libros y se lean”, señala Nora Hochbaum, directora del Centro Cultural Recoleta. Y, por último, si sus ojos curiosos creen haberlo visto todo, aún queda más: la reedición actualizada de un clásico de la crítica cortazariana, editado por primera vez en 1968, Julio Cortázar y el hombre nuevo, de Graciela Maturo; Presencias, la más importante recopilación documental sobre el escritor, el libro de fotografías de Fredi Guthmann, y la historieta inédita realizada con Alberto Cedrón, La raíz del ombú, una alegoría de la historia argentina que transcurre entre los años 30 y finales de los ’70, relatada desde la historia personal de la familia Cedrón, a través de la concepción mágica siempre presente en Cortázar.

Las ametralladoras sobre las faldas

La muestra itinerante arrancó en Colombia. Facundo de Almeida recuerda que llegaron cuando cerraba el Festival Internacional de teatro de Bogotá, que organiza la actriz argentina Fany Mickey. “Se va el teatro, llega Cortázar”, tituló el diario El tiempo. Del 17 de abril al 1º de mayo, más de 400.000 colombianos visitaron la exposición. “Mire si tuvo una llegada amplísima que el propio Cortázar se hubiera divertido si hubiera visto a los militares colombianos con las ametralladoras sobre las faldas escuchando los audios con la voz del escritor”, comenta De Almeida. Algunos colombianos memoriosos prometieron rastrear un material jugoso y enviar una copia a la Fundación Internacional Argentina: la adaptación de Los premios en formato de telenovela. La exposición estuvo también en Bolivia, y la primera ciudad argentina en la que se presentó fue en Río Gallegos, donde 33.000 personas (sobre 100.000 habitantes) recorrieron la muestra. “Es una experiencia inédita para la Argentina”, dice De Almeida. “Hace años que no se producía una muestra de esta envergadura, algo inimaginable hace 3 años cuando empezamos a soñar con este proyecto. Sin la confianza y el apoyo que nos brindó Aurora Bernárdez, quien nos abrió todas las puertas, no lo hubiéramos podido realizar.” Bernárdez, traductora argentina, primera esposa y única albacea del escritor, llegará al país el próximo sábado como invitada de honor del Primer Foro Internacional sobre traducción Especializada “Julio Cortázar y la traducción”, que se realizará el viernes y sábado en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE, Lima 717). En noviembre, la exposición estará en Rosario para el III Congreso Internacional de la Lengua, después en Neuquén y el próximo año partirá hacia Europa. “La muestra tenía que ser itinerante como Cortázar”, subraya el curador.