ESPECTáCULOS › “HACEME MAMA”, UN POLEMICO REALITY DE LA TV INGLESA
Ahora, frivolidad in vitro
El ciclo producido por Endemol presentará una competencia entre hombres postulantes a fertilizar a una mujer. La propuesta ya disparó encendidas protestas de toda clase de organizaciones.
Por Emanuel Respighi
Cuando parecía que el contenido de los reality shows había llegado al extremo de lo televisivamente tolerable, un nuevo programa de la TV británica demuestra que la búsqueda de rating siempre puede dar un paso más. Bajo el título Make me a Mum (Haceme mamá), el controvertido reality propone buscar el esperma del “padre ideal” para una madre a la que al final del ciclo se le realizará una inseminación artificial. Pero eso no es todo: el procedimiento in vitro será filmado y transmitido en vivo a través de las cámaras de televisión, gracias a una técnica alemana de última tecnología que permite mostrar en detalle la manera en que el óvulo de la mujer es fecundado por el espermatozoide elegido. El proyecto fue rápidamente condenado por grupos provida y religiosos del país, quienes se mostraron “asqueados” por la idea impulsada por la productora Endemol –la misma de Gran hermano– y pidieron su inmediata cancelación. “Este es el momento de degradación humana más horrible en la historia de la televisión británica y debe detenerse”, apuntó Josephine Quintavalle, directora de la organización británica Comment On Reproductive Ethics.
Según lo adelantado por la productora, el programa mostrará a alrededor de mil contendientes y posibles padres, dispuestos a donar su esperma a una futura mamá por una cifra de dinero aún no revelada. La futura embarazada elegirá al “candidato ideal” no sólo según el nivel de movilidad de sus espermatozoides, sino también de acuerdo con la inteligencia, el aspecto físico, la personalidad y las finanzas de cada uno de los concursantes. Un concurso por demás polémico que, además, tiene el plus de que se conoció un día después de que la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana aprobó la selección de embriones humanos para ayudar en enfermedades de niños con problemas graves.
El proyecto, cuyos productores afirmaron que están “decididos a que salga al aire”, encendió la polémica acerca de si es ético o no que un procedimiento tan riesgoso y necesario para muchas parejas sea frivolizado por las cámaras de televisión, ante los ojos de millones de personas.
“Que sean expuestas en un reality show situaciones que son tan personales y dolorosas –porque las parejas que sufren problemas de fertilidad sufren en silencio– es una vergüenza y una irresponsabilidad”, explica Ester Polak, ex presidenta de la Sociedad Argentina de Fertilidad y actualmente tesorera de la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad (IFFS). “El riesgo que el programa puede tener en sociedades como las nuestras es altísimo –analiza–, ya que pueden desatar reacciones oportunistas de grupos sumamente reaccionarios, justificando una acción engañosa que oculta el fin de que se ejecuten proyectos de ley altamente restrictivos sobre un problema que requiere un delicado tratamiento.”
En la misma línea, el director del Comité de Etica del Hospital de Clínicas, Carlos Gherardi, sostiene que los programas televisivos que tratan ciertos temas medicinales conllevan un ineludible problema moral. “El año pasado se emitió E-24 que, si bien tenía el consentimiento de los pacientes, representó una violación de la intimidad. Porque la autorización no es válida cuando el acto es inmoral. Uno puede consentir ser esclavo de alguien, pero eso no quita que la esclavitud es inmoral y está penada por ley”, subraya. En el caso puntual de Haceme mamá, el especialista señala que se producen dos inmoralidades. “Por un lado, la inmoralidad intrínseca de buscar procrear un hijo de acuerdo a las cualidades que los padres quieren que tenga: una cosa es buscar la determinación genética por alguna enfermedad y otra es fabricar un ‘hijo ideal’. Pero, además, el programa es inmoral desde el momento en que se filma todo el proceso como si se tratase de un simple juego de mesa.” Ambos especialistas sostienen que este tipo de prácticas televisadas son inapropiadas. “No tienen absolutamente ningún objetivo científico ni educativo. El fin de un ciclo así es puramente crematístico: el reality va a tener una repercusión enorme. Y se sabe, la propaganda, no importa si esa favor o en contra, siempre es utilizada por grupos inapropiados para castigar un procedimiento que –fuera de la TV– es hermoso por su propio fin: traer vida a este mundo”, concluye Polak.