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Todas fueron rosas en el paso del flamante ministro de Justicia, Horacio Rosatti, por el Senado. Si bien la visita tuvo más de protocolar que otra cosa, lo cierto es que el ministro confirmó la vigencia de todas las iniciativas que forman parte del Plan Estratégico de Seguridad. “Los proyectos se mantienen todos”, dijo el ministro en la reunión que tuvo con los senadores del radicalismo. Primero Rosatti se encontró con las autoridades de la Cámara alta y del bloque oficial, luego participó de la reunión plenaria de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y la de Seguridad Interior y por último se presentó frente a la bancada de la UCR. “Si aquí se están discutiendo proyectos sobre un régimen penal para menores, no vamos a enviar otro desde el Ejecutivo”, dijo Rosatti, ratificando un perfil dialoguista y negociador. El ministro se mostró entusiasmado con la iniciativa del juicio por jurados, medida sobre la que, en diálogo con este diario, sugirió que “tal vez debería tener una implementación gradualista”.
Para que no quedaran dudas de que su arribo a la cartera de Justicia coincide con la presencia de nuevos gestos políticos por parte del gobierno nacional, frente a los legisladores de las comisiones parlamentarias Rosatti aseguró: “Los proyectos del Ejecutivo son propuestas. Todas son perfectibles”. Momentos más tarde, le propuso a los senadores radicales aceitar los mecanismos de diálogo. “De existir buenas propuestas de otros bloques nosotros somos receptivos”, le dijo Rosatti a los legisladores de la UCR, ratificando su apuesta al consenso.
El radical Jorge Agúndez reivindicó la presencia del ministro en la reunión de comisión y la definió como “un gesto fuerte del Ejecutivo al Senado”. Frente al ministro hizo un repaso de la suerte de los 9 proyectos enviados por el Ejecutivo en el marco del Plan de Seguridad. Cuatro se tratarán hoy en el recinto (ver aparte). Dos se están debatiendo: la modificación de la figura de la asociación ilícita y la actuación en el caso de delito flagrante. Los tres que están pendientes de debate son: el juicio por jurados, la unificación de fueros y la modificación del Consejo de la Magistratura, iniciativa que se encuentra en la Comisión de Asuntos Constitucionales y que aparece como de muy difícil aprobación.
“Aquí oficialismo y oposición no existe”, le dijo Agúndez a Rosatti para destacar la importancia que se le daban a los proyectos vinculados a la seguridad. Algo que el propio ministro reconoció a su turno. “Las políticas de seguridad tienen que tener el mayor de los consensos porque van a perdurar”, respondió Rosatti. El ministro adelantó también que visitará la semana que viene a los miembros de la Corte Suprema de Justicia para, manteniendo la independencia de los poderes, sintonizar políticas. “El Estado tiene que presentarse ante la sociedad con un solo rostro”, dijo para dejarlo en claro.
“El diálogo con (Juan Carlos) Blumberg fue positivo”, respondió más tarde a la prensa cuando se le preguntó por la reunión que antes de concurrir al Senado había mantenido con el padre del joven muerto luego de un secuestro. Precisamente después de que se retirara, llegó Blumberg. El preceptor legislativo tomó nota del debate y cuando finalizó la reunión le pidió un futuro encuentro a la porteña María Laura Leguizamón preocupado por la demora que tiene el tratamiento del descenso en la edad de imputabilidad de los menores y por el nuevo régimen penal que propone el Senado. Luego llegó el procurador general, Esteban Righi, quien participó del debate del proyecto de delito flagrante. Desde las primeras filas intervinieron miembros de la cátedra de Derecho Penal de la UBA. Entre ellos, el juez Héctor Magariños y la camarista Lucila Larrandart.