ESPECTáCULOS
“Cantamos para que haya igualdad de oportunidades”
Luis Hernández es cantante de Los Tigres del Norte, los mexicanos que reivindican a “los mojados” de la frontera con EE.UU. Corridos, boleros y rancheras son sus armas contra la discriminación.
Por Cristian Vitale
La angustiante realidad cotidiana de los marginados mexicanos que tratan de atravesar la frontera norte de su país para radicarse en EE.UU. tiene su correlato musical, desde hace ya 36 años, en Los Tigres del Norte. Empezaron en 1968 como una especie de eco sonoro de Pancho Villa o Emiliano Zapata; radicados desde entonces en San José, California, editaron recientemente Pacto de sangre –su trigésimo sexto disco– con el objeto de reafirmar, como si hiciera falta luego de Vivan los Mojados o Un día, una vez, su compromiso con los desplazados.
“Le decimos a nuestra gente que seguimos comprometidos. Siempre vamos a tratar de hacernos escuchar ante el gobierno o frente a quien sea para hacer sentir los problemas”, comenta Luis Hernández, cantante, en la entrevista telefónica con Página/12. Desde la denuncia social que les trajo más de un problema con las autoridades (Las mujeres de Juárez) hasta José Pérez de León, un corrido matizado con tintes “modernos”, les sirven a los “jefes de jefes” –como les dicen sus seguidores– para reafirmar su carácter de cronistas musicales de esos “sueños americanos” interrumpidos cada día por la muerte en el desierto.
“En El Santo de los Mojados –dice Luis– le pedimos al santo, San Pedro, que ciegue a los que persiguen a los emigrantes.” Musicalmente, Pacto de sangre pone cumbias, corridos, boleros, rancheras y norteñas al servicio de un punto equidistante y cercano entre el dolor y la esperanza. “Nos sentimos plenamente identificados con los problemas de la gente”, dice Luis, que también toca la guitarra de 12 cuerdas. “Cada una de nuestras familias tuvo que atravesar diferentes dificultades para poder progresar tanto en México como en EE.UU., y esto nos hace ver mejor la realidad. Nuestra identificación con los inmigrantes es que, como ellos, vinimos a EE.UU. para trabajar y mantener a nuestras familias.”
–En Las mujeres de Juárez hablan de “castigar a los cobardes”. ¿Es cierto que fue censurado?
–Ha causado mucha controversia en México, porque le estamos diciendo al gobierno que le ponga un freno a las muertes que suceden en esa ciudad y a ellos no les gusta la manera en que se lo decimos. Como dice en la canción... es una vergüenza nacional. Por eso, el alcalde de Juárez sacó un boletín donde convocó a la gente a no comprar el disco, porque supuestamente nosotros estamos denigrando el nombre de Juárez, sólo por decir que hay miles de muertas y que el gobierno no ha hecho nada para evitarlo. Se sienten ofendidos por el mensaje, pero nosotros simplemente estamos dando un grito para que el gobierno le ponga atención a esto. Ya han pasado más de diez años y no se resolvió nada.
–¿Cuáles son las razones de la violencia contra la mujer?
–La mayoría de las mujeres trabajaba en fábricas y nadie encontró responsables. Para nosotros la situación es muy incongruente, hay muchas desapariciones. Increíble. “Es momento, ciudadanos / de cumplir nuestro deber / si la ley no lo resuelve / lo debemos resolver”, tararea.
–¿Cómo es recibida la propuesta del grupo en Estados Unidos, teniendo en cuenta el tenor contestatario de sus letras?
–Muy bien... porque hemos mantenido una coherencia durante años. Esto es denunciar las penurias que el indocumentado vive y sufre para poder lograr sus metas en este país. Este grupo canta lo que el pueblo siente y está muy metido en los problemas de la comunidad latina... nuestros hijos conviven con otros chicos y esto nos hace ser más conscientes de lo que le sucede a la gente.
–¿Se sienten consustanciados con la causa Chiapas, que da cuenta del México interno, no del que cruza fronteras?
–Nos une la exigencia de poseer un mejor estilo de vida, que se nos trate mejor a todos. Si existe una democracia en México, la igualdad de oportunidades debería ser regla y no excepción. En el caso de Chiapas, la insurrección tuvo esta causa, la cosa de no ser escuchados. Y nuestras canciones cooperan con este objetivo y con la idea de que haya menos inmigración en el futuro. Ningún ser humano puede ni debe morir así.