CULTURA › EDUARDO “TATO” PAVLOVSKY PRESENTA SU LIBRO LA VOZ DEL CUERPO
Comprometerse desde la propia carne
Por Cecilia Hopkins
Ejercer la denuncia permanentemente, ésa es la función del intelectual. Así lo afirma el dramaturgo, actor y psicoanalista Eduardo “Tato” Pavlovsky: “Los intelectuales hemos ingerido suficientes proteínas como para estar obligados a ejercer el pensamiento crítico”, dice, acordando con el palestino Edward Said, “y no deberíamos refugiarnos en la especificidad de nuestra tarea. No se puede decir ‘mi tema es el teatro o el arte, así que por eso no quiero hablar de política’. Negarnos a manifestar un compromiso político equivaldría a sacar el cuerpo”.
Siguiendo su razonamiento, lo opuesto a esa actitud –opinar comprometiéndose en todas las circunstancias– sería ponerle una voz al cuerpo. Precisamente bajo el título La voz del cuerpo - Notas sobre teatro, política y subjetividad acaba de publicarse el último libro de Pa- vlovsky por la cooperativa editora Astralib. Hoy a las 19.30, en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960), con una mesa integrada por Angel Fiasche y Osvaldo Saidon, bajo la coordinación de Jorge Dubatti, se presentará este volumen, continuación de Micropolítica de la resistencia. En esta oportunidad se trata de una selección de ensayos breves publicados entre 1999 y mayo de 2004 en Página/12. El evento se produce poco antes de que el autor asista al III Festival Internacional de Teatro Latino de Los Angeles, Estados Unidos, donde recibirá el Premio Dionisio de Honor a su trayectoria. Y del estreno de La muerte de Marguerite Duras, una de sus últimas obras, en el Teatro Ford de Hollywood.
“Creo en un modo primitivo de ejercer la creación, porque cuando escribo una nota, una obra de teatro o cuando actúo, siempre se impone el inconsciente, con sus marcas sociales e históricas”, argumenta el autor de El Señor Galíndez cuando se le pregunta acerca de cómo surgen sus colaboraciones espontáneas a este diario. “Nunca me siento frente a un papel –aclara–, las notas surgen de mis lecturas y las minificciones, durante mis paseos, cuando voy distraído, caminando por una calle y de pronto, algo que veo o escucho me sugiere una imagen borrosa que después va cobrando forma y, desde la ficción, transformo la realidad presentando una situación extrema, muchas veces involucrándome directamente como personaje... lo ideológico después va tomando cuerpo.”
La voz... está dividido en dos secciones, una organizada en forma cronológica, la otra, desde los ítems que desarrollan sus textos, de fecha imprecisa. Las áreas temáticas son tres. En torno a la actividad teatral, recoge el singular mensaje que Pavlovsky escribió para recordar el día internacional del teatro en 2003, en el que manifiesta la preocupación –o afectación, en jerga teatral– de los trabajadores de la escena ante el inicio de las acciones bélicas contra Irak. La mayor parte de los artículos analiza diversos hechos de la política nacional o internacional: el voto argentino contra Cuba, reflexiones sobre la guerra, la dependencia económica y cultural, el poder disciplinario de la policía, la exposición mediática de los hábitos de los poderosos. También incluye una extensa carta abierta a Fidel Castro, inédita. En otros de sus escritos, el autor llama la atención acerca de imperceptibles movimientos sociales (lo que él llama micropolítica), formas alternativas de individuación civil que “despiertan conciencias y denuncian complicidades”.
Dentro del terreno de las llamadas subjetividades, aparte de algunos retratos (dedicados a Cassius Clay, Pino Solanas o Jorge “la Hiena” Barrios) sobresalen las microficciones (una de ellas, La cama, será leída por Eduardo Misch en la presentación), algunas de las cuales asumen la forma de diálogo, como el que mantienen un paciente y su terapeuta. Otra derivación de la expresión que da nombre al libro está presente en el artículo que lleva el mismo nombre que sintetiza, durante una comunicación radial desde Bagdad, la desesperación de un iraquí que había vivido en la Argentina: “La voz del cuerpo –la voz que no aparece en la CNN –la voz del terror y la muerte –la cúspide del terror –cuerpo atemorizado –cuerpo bombardeado – cuerpo sin límites – cuerpo fragmentado – atomizado pero también juntando odio, odio y resentimiento que surgen de la impotencia del más débil frente a la prepotencia del más fuerte”.