EL PAíS › EL SENADO APROBO UN DESAGRAVIO A REUTEMANN
El límite es el escrache
Por Eduardo Tagliaferro
La “clase política”, o la “corporación política” son términos repetidos hasta el cansancio. La certeza en su empleo son puestos en duda cada vez que se recurre a ellos. Sin utilizarlos, cómo se podría definir el proyecto de declaración que de manera unánime el Senado votó ayer en solidaridad con el santafesino Carlos Alberto Reutemann. El disparador fueron los incidentes sucedidos la semana pasada entre el ex gobernador y afectados por la inundación de 2003. Tal fue la catarata solidaria que el propio afectado habló por primera vez en el recinto de la Cámara alta. Acorde con su estilo, agradeció con pocas palabras.
El proyecto en cuestión fue llevado al recinto por una coterránea del Lole, la senadora Roxana Latorre. Legisladores de todas las bancadas hicieron uso de la palabra para condenar la violencia. Y hasta algunos aventuraron generosos conceptos sobre la actitud de Reutemann como gobernante cuando las aguas del Salado invadieron Santa Fe.
El cordobés Carlos Rossi, del partido de Luis Juez, reconoció “las tareas de infraestructura e inversión del gobierno de Reutemann”. Definió a la inundación como “tragedia” y dijo que recuerda que “el entonces gobernador se puso al frente del problema”.
El catamarqueño del Frente Cívico, Oscar Castillo, exaltó las calidades de Reutemann como gobernante y hasta aventuró conceptos laudatorios sobre la escala de valores del santafesino, cuando dijo que “cuanto más bajos se dan los ataques más alta es la figura (atacada)”.
La nota la dio el jefe de la bancada oficialista, Miguel Angel Pichetto, que antes de respaldar al santafesino criticó al socialista Rubén Giustiniani. “A veces es mejor quedarse callado. Tengo respeto por Giustiniani, pero me hubiese gustado escuchar su repudio a la violencia de la que fue víctima Reutemann”, señaló el titular del bloque peronista.
Luego de una interrupción, el socialista puntualizó que “la senadora Latorre vinculó claramente a la oposición” como los promotores del incidente. “Me parece de mal gusto sacar rédito político de esta situación”, dijo Giustiniani luego de expresar su repudio a la violencia.
Reutemann no fue muy efusivo en su agradecimiento ni tampoco muy claro. No dejó de sorprender que señalara que “no quisiera que esto sea el inicio de justicia por mano propia”. Reclamó el respeto a las instituciones, concretamente a la Justicia. Luego en el hemiciclo del Senado recibió el saludo personal de la diputada bonaerense Graciela Camaño. Todo un símbolo. “Rata, hay 114 muertos”, le había dicho al ex gobernador una mujer en Santa Fe la semana pasada. “Con los jueces que vos pusiste”, le retrucó entonces el empresario local José Mustafhá a Reutemann cuando este dijo que estaba a disposición de la Justicia. Anoche todo fueron rosas.