EL MUNDO
Todo recurso cuenta para ganar el voto de los estados oscilantes
Temas de ataque verbal entre Bush y Kerry, como los explosivos desaparecidos de Irak y la seguridad nacional, se mezclan con la rítmica de kerrystas del ambiente musical y la aparición en escena de un actor devenido en gobernante republicano.
Por Eduardo Febbro
La información podría figurar en la gran enciclopedia mundial del “créase o no”. Según un universitario norteamericano, cada vez que hay una alerta terrorista en el país, la tasa de popularidad de George Bush sube casi tres puntos. Robb Willer, director adjunto del laboratorio de sociología de la Universidad de Cornell, aseguró que su estudio demuestra que cuando se compara la popularidad de Bush con las alertas terroristas, el presidente gana 2,75 por ciento. A los dos candidatos les hace falta en todo caso un buen impulso para tomar una ventaja decisiva. Las últimas proyecciones publicadas ayer muestran que la carrera presidencial sigue siendo muy incierta en tres de los Estados más capitales y disputados: Florida (27 grandes electores), Pensilvania (21) y Ohio (20).
Discursos agresivos, incremento de los spots publicitarios, llamadas telefónicas y desplazamientos maratónicos a través del país están caracterizando los últimos días de la campaña. Las cifras inciertas empujaron tal vez a John Kerry a atacar de manera frontal a su adversario a propósito de Irak. El senador demócrata declaró ayer que los Estados Unidos “se están metiendo cada día un poco más en el pantano”. Kerry también acusó a Bush de no dar respuesta alguna luego de la desaparición de casi 400 kilos de explosivos en Irak. “Los explosivos faltantes pueden estar en manos de los terroristas o los insurrectos que atacan nuestras fuerzas por los menos 80 veces por días. Y lo que vemos es una Casa Blanca que se esconde, zigzaguea y esquiva. Tal como ocurrió a cada etapa fundamental de nuestro compromiso en Irak, son los esfuerzos habituales para evitar las responsabilidades”, dijo el candidato demócrata. Todavía más agresivo, el senador acusó al secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, de ser el “Ministro en jefe de la desinformación”.
Desde Pensilvania, Bush respondió acusando a su rival de hacer “acusaciones salvajes”. El mandatario saliente declaró que el senador demócrata estaba “denigrando la acción de nuestros soldados y de nuestros comandantes en el terreno sin conocer los hechos. Lamentablemente –prosiguió Bush–, eso forma parte del esquema que consiste en decir cualquier cosa en cualquier momento”. Con esa pose inocente que lo caracteriza, Bush insistió en que quería recordarle “al pueblo norteamericano que si el Senador Kerry hubiese actuado como quiere (...) Saddam Hussein estaría todavía en el poder y controlaría todas las armas y los explosivos”. En el plano de la política nacional, Kerry lanzó una nueva ofensiva en dirección de las clases medias atacando el balance de la administración Bush. Según el candidato demócrata, el presidente “abandonó” a ese segmento social para ayudar a los “pudientes” y ahora “pide cuatro años suplementarios para que pueda continuar haciendo el mal trabajo”.
Simultáneamente, los artistas entraron ayer en la arena electoral. Los cantantes Bruce Springsteen y Jon Bon Jovi a favor de Kerry y el actor-gobernador de California, Arnold Schwarzenegger al lado de Bush. Los tres pusieron su imagen y sus nombres al servicio de un operativo seducción dirigido al electorado indeciso. Un dato: los electores de Pensilvania y Florida, donde están perdidas miles de boletas de voto por correo, encontraron en sus buzones una forma de respuesta demócrata. El partido de Kerry distribuyó folletos donde se ve la foto de un vehículo incendiado en una ruta de Irak. Un grupo de soldados norteamericanos asiste impávido a la escena. Bajo la foto, una frase dice: “Malas elecciones. Menos seguridad”.