CULTURA › EL REGRESO DE “CARAS Y CARETAS”
Historia presente
Por Silvina Friera
Los canillitas gritaban “El Caricareta” aquel sábado 8 de octubre de 1898 cuando apareció el primer número de Caras y Caretas, fundada por el poeta español Eustaquio Pellicer y dirigida por José Sixto Alvarez, Fray Mocho. Autodefinida como “semanario festivo, literario y de actualidad”, la revista reflejó los cambios de principios del siglo XX: el fenómeno de la inmigración, el desarrollo del comercio y la producción y, especialmente, la metamorfosis de la Gran Aldea devenida en ciudad. Pero también fue el medio en el que se difundieron los primeros cuentos del escritor Horacio Quiroga, como Europa y América, El almohadón de plumas y La compasión; además de relatos y poemas de Almafuerte, Leopoldo Lugones, Evaristo Carriego, Benito Lynch, Manuel Ugarte, Manuel Gálvez y el propio Fray Mocho. Aunque dejó de publicarse en 1941 –con dos breves regresos en 1953 y en 1982–, ayer volvió esta publicación, ahora de aparición mensual, con 100 páginas y rebautizada como “la revista de la patria”. Durante la presentación en el Cabildo, el historiador Felipe Pigna, director en esta nueva etapa, subrayó la necesidad de crear “un espacio alternativo a la agenda mediática que nos propone ocuparnos de lo urgente para evitar hacernos cargo de lo importante”, y de rescatar, camino al Bicentenario de Mayo, “la maravillosa utopía de un país justo y próspero para todos”.
La asesora periodística y editorial María Seoane señaló: “No creemos en la objetividad anglosajona, sino en la larga tradición pasional del periodismo latinoamericano”. En diálogo con Página/12, Pigna aclara que no es una revista elitista. “Queremos llegar a la mayor cantidad de gente posible, porque nosotros no subestimamos al pueblo argentino”, señala el historiador y añade que lo central del mítico semanario dirigido por Fray Mocho era la crítica satírica a partir del dibujo. “Las tapas eran muy ácidas, implacables con el poder de turno, no eran complacientes con nadie.” En los primeros años de Caras y Caretas, el eje político giraba en torno del presidente Julio A. Roca, que ejercía por segunda vez la primera magistratura. En 1899, cuando Roca viajó al sur, Mayol dibujó, en la tapa, a Roca despidiéndose del vicepresidente, vestido de mujer, con esta pregunta: “¿Me serás fiel?”.
La portada del primer número de esta etapa plantea cómo repartir la riqueza en la Argentina, artículo de fondo escrito por Seoane, acompañado de una nota de Ricardo Valente en la que recuerda al catalán Juan Bialet Masse. Hay secciones fijas como “El ciudadano de a pie”, escrita por estudiantes de TEA, y “La mirada de los otros” (en este número un corresponsal chino escribe sobre los porteños). Imperdibles resultan las páginas de humor de Langer y de Meiji.