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El nombramiento de Hugo Moyano “es un acto ilegal, un golpe institucional que no vamos a convalidar”, dice Susana Rueda. Su sector, el de los “gordos”, decidió impugnar la designación del camionero, pero todavía no resolvió si va a dar el portazo y abandonar la central obrera.
–¿Se rompe la CGT?
–Digamos que el acuerdo básico de respetar el triunvirato ya venía roto desde hace varios meses, con la marginación del sector que represento. Lo que pasó hoy fue, simplemente, una convocatoria ilegal que intenta arrogarse facultades electorales.
–Usted pretendía que se llamara a un congreso.
–Es lo que establece el estatuto. Las facultades electorales le corresponden únicamente a un congreso nacional: el Consejo Directivo no puede decidir sobre el tema. A la CGT la conformamos 180 organizaciones y para resolver cómo se continúa la conducción, indispensablemente, tiene que hacerlo un congreso donde participen las 180.
–¿Van a impugnar el nombramiento de Moyano?
–Sí. Hoy respondimos una carta documento manifestando que la convocatoria no correspondía, porque no estaba firmada por el triunvirato sino sólo por dos de sus integrantes.
–¿No alcanza que sea la mayoría?
–No, porque el congreso del año pasado eligió un triunvirato para que actúe por consenso. La secretaría general es una sola, integrada por tres miembros. Ninguno de los tres puede actuar por sí solo y la única forma de que algo tenga legalmente valor es que estén las firmas de los tres.
–Se comentó que usted pasó por la CGT mientras se hacía la reunión.
–Estuve en mi oficina, atendiendo compañeros que me habían pedido reuniones. Estuve atendiendo cuestiones administrativas, cartas, notas.
–¿Qué rol va a mantener su sector de ahora en más?
–Hasta el 14 de julio mi mandato sigue vigente. En el transcurso de la semana que viene analizaremos las estrategias que vamos a llevar a cabo.
–Moyano y Lingeri le ofrecieron la secretaría administrativa.
–No voy a aceptar las resoluciones adoptadas por una reunión ilegal. Voy a aceptar ser secretaria administrativa, vocal o no integrar el consejo directivo si es la voluntad de un congreso nacional.
–¿Cómo jugó el Gobierno en la interna de la CGT?
–No veo ninguna relación, no vi ninguna gestión del Gobierno.
–¿Sintió que Kirchner le quitó el respaldo?
–No, yo llegué de la mano de los trabajadores y tengo que respetar ese mandato. La relación que tengo con el Gobierno, como cualquier dirigente sindical, tiene que ver con la relación institucional entre la CGT y el Ejecutivo. Si uno piensa que el poder político es el que le tiene que dar la mano, estamos equivocándonos. Yo voy a responder siempre al mandato de los trabajadores. Coincido con muchos aspectos de la gestión del Presidente, pero eso no indica que él me tenga que salvar o que condenar.
–¿Pesa la interna del PJ en la vida de la CGT?
–Probablemente sí. Hay que ver cómo se desenvuelven las cosas en los próximos días. Evidentemente relación hay porque algunos compañeros están participando activamente del proceso electoral y seguramente van a seguir definiciones de otras organizaciones sindicales.
–Los “gordos”, ¿se van o se quedan sin asumir cargos directivos?
–Es un tema que no puedo contestar ahora. Nosotros dijimos que no vamos a aceptar la conducción personal de Hugo Moyano porque consideramos que no tiene las condiciones para conducir la CGT, máxime después de lo que ha hecho hoy. Pienso que mientras eso se resuelva no vamos a formar parte de la conducción. Pero tampoco lo puedo confirmar exactamente porque si vamos a impugnar y vamos a resolver el tema a nivel administrativo y judicial tampoco podemos dejar el lugar. Vamos a tener certezas la semana que viene, después de que nos reunamos.
–La idea de romper la CGT, de irse, está entonces descartada.
–No, no está descartada. Hay muchos compañeros que se quieren ir, hay otros que consideran que es necesario hacer todas las cuestiones legales y administrativas para dar la batalla internamente, hay otros compañeros que quieren crear otra organización y disputar la cantidad de afiliados, hay otros que quieren que nuestro sector convoque a un congreso electoral. Hay distintas posiciones. Hay que ver cuál es la que va a adoptar el conjunto.