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La única que se animó a objetar una parte del compacto con imágenes de los programas más cuestionados de la televisión argentina fue Lidia Fagale, secretaria adjunta de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba), quien se sorprendió por la inclusión de La liga. “No comparto haberlo puesto en la misma categoría que los otros”, dijo, acaso para advertir que no es lo mismo mostrar a Alejandra Pradón orinando ante las cámaras de Odisea 2005, que presentar un informe periodístico sobre la prostitución. La última mesa-debate sobre la calidad de televisión argentina tuvo como coordinador a Héctor Valle, presidente del Fondo Nacional de las Artes, y participaron, además de Fagale, el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, y el subsecretario de Comunicación Social del Gobierno de la Ciudad, Daniel Rosso.
La secretaria adjunta de la Utpba se refirió a la ausencia de pensamiento crítico en el campo de la comunicación social, al que calificó como un “derecho humano esencial”, que en Argentina fue arrasado, entre otros derechos, por la dictadura militar y el menemismo. Fagale planteó que existe un círculo vicioso: “Los medios de comunicación reflejan la sociedad que tenemos”. Sobre los contenidos de la televisión señaló que es necesario pensar un nuevo modelo de democracia que incluya a los 23 millones de pobres que “no pueden preocuparse por la calidad de la televisión, aunque ésta comprometa sus vidas”. Y como ejemplo de iniciativas adoptadas en otros países, recordó que en México las cámaras empresariales consiguieron que se quitaran los talk shows de la programación. El subsecretario de Comunicación Social del Gobierno de la Ciudad, de quien dependen la radio AM 1110, la FM 2x4 y el canal Ciudad Abierta, advirtió que “hay que construir sistemas de medios que no intenten sumarse de un modo equívoco a lo que hace la televisión privada”. Rosso hizo hincapié en el rol del Estado para fomentar el uso público de la palabra y enumeró aspectos del diseño de la programación de Ciudad Abierta, organizada en zonas que normalmente quedan afuera del sistema de medios. Después, es un buen ejemplo: un equipo de periodistas se ocupa de un tema cuando baja el interés y la exposición pública mediática.
José Nun, la voz más esperada en tanto representante del gobierno nacional, celebró la propuesta “Compromiso ante la ciudadanía”, impulsada por el dramaturgo Carlos Gorostiza, porque pone en discusión la situación actual de los medios y la cultura del país. “Hay una dificultad antropológica para pensar el cambio social –subrayó el politólogo–. Vivimos una época en la que los cambios radicales son imposibles.” Después de rechazar que las nociones de soberanía del consumidor y libertad sean equivalentes, el secretario de Cultura añadió: “No es verdad que la gente en su mayoría esté dispuesta a ver programas como nos mostraron recién. La gente no ve otras cosas porque no están disponibles”. Nun anunció que la Secretaría de Cultura está trabajando en la preproducción de 13 unitarios, Pensar la Argentina, con guión del escritor José Pablo Feinmann, que serán emitidos por Canal 7. Y sorprendió cuando reveló que se está realizando un estudio de factibilidad para la creación de un canal cultural independiente. “No será público ni privado”, anticipó Nun. “Convocaremos al Fondo Nacional de las Artes, a las universidades, a las ONG y al sector privado. Hay frecuencias disponibles para albergar esta señal que podría llamarse Canal del Bicentenario.” Sin explicar por qué el presidente Néstor Kirchner prorrogó por diez años la licencia de los canales de televisión, el secretario de Cultura opinó que “es injusto que se le exija a este gobierno que dicte una nueva ley de radiodifusión que ningún crítico pudo cambiar en los últimos 20 años”.
Gorostiza, en el cierre, anunció que la lingüista y poeta Ivonne Bordelois redactará un informe final con las propuestas que fueron surgiendo en las seis mesas que empezaron el mes pasado. Y después, llegará el momento, en octubre, de elevarlas al Poder Ejecutivo.