CULTURA › HORACIO SALAS, COLEGA Y AMIGO
“Aprendí mucho de él”
El director de la Biblioteca Nacional, Horacio Salas, dijo ayer que Héctor Yánover fue “un extraordinario poeta, un gran amigo de toda la vida y una persona que movilizó desde la cultura a mucha gente”. “Mi amistad con Héctor duró 45 años, nos conocimos cuando teníamos 17. Desde su librería me orientó en muchas lecturas. Fue un extraordinario poeta y movilizador cultural”, dijo Salas desde México, donde se encuentra de viaje. “Nos reuníamos todos los sábados a la mañana en la librería y gracias a él conocí a Raúl González Tuñón, a Sergio Renán y a Florencio Escardó”, comentó.
El funcionario y escritor no compartió solamente los avatares de la amistad, sino también los del país. “Estuvimos exiliados en España, entre 1978 y 1980”. Y al regreso ambos integraron el directorio del Fondo Nacional de las Artes. “Pasamos una vida juntos –subrayó Salas, apesadumbrado–, aprendimos mucho el uno del otro, pero sobre todo yo: buena parte de mis conocimientos literarios se los tengo que agradecer”. Acerca de la gestión de Yánover al frente de la Biblioteca Nacional, contó que “el recuerdo que dejó en la institución fue el de un director ejemplar. La gente que lo apreciaba mucho seguía llamándolo director, aunque ya no lo fuera”. Como poeta, destacó Salas, “era extraordinario. Escribió también una biografía de Raúl González Tuñón; un libro muy hermoso, Arras para otra boda y Sigo andando; en el Fondo de las Artes publicamos una antología poética de su obra”. Rememoró que “era un hombre afable, que al mismo tiempo no era muy simpático, pero cuando se lo comenzaba a conocer era enormemente afectuoso, muy cariñoso y preocupado por el otro. Por eso siempre tuvo una gran cantidad de amigos y por eso hoy estamos todos tan tristes”.