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La noticia fue anunciada con la pompa de los grandes eventos, pero en rigor es un dato preocupante: el 5 de agosto, Sony Corporation of America y Bertelsmann AG anunciaron la creación de Sony BMG Music Entertainment, un joint venture que unifica los catálogos de ambas empresas integrando los subsellos Arista, Columbia Records, Epic, Jive, J Records, LaFace, RCA, RLG Nashville, Sony Music Nashville, Sony Classical, BMG UK, BMG Japan, BMG Ricordi y Sony Music International, entre otros. El nuevo monstruo reduce el control de la torta grande a cuatro multinacionales (las otras son EMI, Warner y Universal), reforzando las sospechas de que un día todo quedará en manos de una única gran usina musical que, sin oposiciones fuertes (los sellos independientes saben hacer su propio negocio, pero siempre negocian en inferioridad), hará y deshará las leyes de mercado a su antojo.