CULTURA
Textual
Mi Mariana:
Traeme si se puede un barrilito de cerveza negra, que acá hay un infeliz que fabrica una bebida de porquería que ni los chanchos tomarán. La taberna está muy lejos y todo está muy lejos. Ayer yo presenté a Carl en la asamblea, dije: “Mi sobrino”, y ya todos sabían lo que era. El remolcado ocioso ya se fue a hablar por ahí, y le apalabré para que no sea irrespetuoso con nadie y menos con Castorius. Se puso a hablar en la asamblea como gran señor y dijo cosas portentosas que escuchó en Montevideo: que Fender iba a quebrar o ya estaba en la quiebra porque se había gastado todo el dinero en las alfombras persas y los empleados señoritos que llevan los papeles de acá para allá. Y que allá decían que iban a vender la colonia con todos nosotros adentro. A nosotros no nos pueden vender, porque eso es la esclavitud, pero te sacan la tierra, los caballos y todo el sembrado. Eso no puede pasar y no sé por qué escuchan al cuentero con tanta atención, Carl de acá, Carl de allá. Como si fuera un gran señor. Yo no quiero escuchar esas cosas y tampoco esos cuentos de que hay pumas, porque después siento olor a puma. Cuando volví de la asamblea me vino el fuego a la cabeza y le di unos golpes para que responda. Así me puse como nuevo y me fui a trabajar con la guadaña para cortar bien el pasto, que acá a veces no lo cortan, lo come el caballo. Tengo cebada, tengo papas, alfalfa, el maíz y el trigo. Y cuando entro a hacer mis tareas, mucho me convenzo de que no me van a sacar nada. Y Carl también dijo lo que le contaron los loros picotudos de Montevideo: que pusieron las casas muy lejos una de otra en la colonia, que las debían poner más cerca y se equivocaron porque no saben de colonia. Y ahí yo bien le dije mis razones a Carl, que a mí me pagan para trabajar y a ellos le pagan para pensar, y si las casas están lejos, es así y ya está, que si yo habría nacido en Francia, al día de hoy sería francés y no suizo, como es que soy. Y él se ríe y se va a comer con Palemón, que le entiende lo más bien. Yo más tarde iré donde ellos, para que se me afloje la lengua de acá.
Tu Beda.
* Fragmento de Cartas de un colono.