La situación de Racing empeora cada vez más. A un día de bajarse de la pretemporada de Mar del Plata, los jugadores resolvieron no entrenarse en el segundo turno de ayer y se mantendrán en huelga por tiempo indeterminado hasta que los dirigentes les paguen los tres millones y medio de pesos de deuda que acumulan desde el inicio de este año. Además, a un plantel ya diezmado se le sumó una nueva baja fundamental: la de Matías Sánchez, que rescindió su contrato y ahora está a un paso de Estudiantes. Así, el conjunto conducido por Juan Manuel Llop sigue apilando malas noticias a tan sólo dos semanas del comienzo del torneo Apertura y todo parece indicar que no llegará de la mejor manera.

Pero el día no había comenzado tan agitado como terminó para los de Avellaneda. Durante el entrenamiento matutino, los trabajos se realizaron con normalidad, incluso estuvieron presentes las flamantes incorporaciones, Leandro González y Martín Wagner, y hasta los jugadores habían llevado los bolsos con la idea de que exista la chance de viajar a Mar del Plata. Pero tras el mediodía todo cambió. Luego de una serie de reuniones en la sede de Futbolistas Argentinos Agremiados, los jugadores determinaron que la situación no tenía marcha atrás, fueron al estadio, buscaron sus autos y partieron a sus casas. Desde ese momento, la rebelión estaba instalada.

Lo que sucede es que los representantes del Organo Fiduciario –integrado por Eduardo Gilberto, Carlos Ves y Eduardo Bugallo– todavía no encontraron la manera de solucionar la deuda por los últimos seis meses de prima, a pesar de la nueva reunión que tuvieron ayer con el secretario del gremio de futbolistas, Sergio Marchi, y eso enfureció a muchos de los integrantes del plantel, que tomaron una postura inflexible. “¿Cómo se soluciona todo esto? ¡Pagando!”, dijo el dirigente gremial que sostuvo que las autoridades de Racing parecen “dormidas” respecto del tema, “ya que dicen desconocerlo”. Del otro lado, Gilberto cuestionó al gremio. “Estoy decepcionado. La gente de Agremiados está en una situación tan intransigente con nosotros que no la podemos entender”, comentó el contador. Le achacan que Agremiados fue complaciente con Blanquiceleste.

En medio de estas reuniones se produjo la definitiva salida de Matías Sánchez, porque el 20 por ciento de los derechos federativos que aún le correspondía a Racing fue cedido a un grupo empresario a cambio de 700 mil dólares. Lo llamativo del caso es que Blanquiceleste vendió el 80 por ciento que le correspondía del jugador hace seis meses en 400 mil dólares y los integrantes del Organo Fiduciario dijeron no conocer la transacción, a pesar de que su función era controlar todo lo que hacía la gerenciadora.

En medio de todo esto quedó el entrenador Juan Manuel Llop, que dijo que no renunciará a su puesto pero habría que ver qué es lo que sucede en las próximas horas, si el conflicto continúa.