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Brasil puso fin a doce años de reinado italiano en el vóleibol universal, tras bajar al equipo que dirige Andrea Anastasi en los cuartos de final, con una notable victoria por 3-2 en el mejor partido –técnica y emotivamente– de los vistos en el Mundial hasta ahora. Brasil eliminó ayer a uno de los candidatos –nada menos que a los triples campeones mundiales– pero hoy lo aguarda Yugoslavia, actual campeón olímpico y europeo. “Este partido va a ser una delicia”, habían anunciado la víspera internacionales brasileños. Y no se equivocaron. En el estadio Orfeo demostraron que, en estos momentos, son superiores a los europeos. Los técnicos Anastasi y Bernardinho plantearon estrategias opuestas. Mientras el italiano, obligado por la lesión de Papi, se apoyó en sus hombres más veteranos, Bernardinho eligió su formación regular, con Giba y Mauricio como principales estrategas.
Brasil dominó con claridad durante los primeros dos sets y el partido parecía definido cuando el ingreso de Papi –que había practicado muy poco los días previos– reactivó a los italianos que no sólo remontaron el tercero yendo desde atrás, sino que ganaron un extraordinario cuarto juego por 28-26 y llegaron en plena levantada al tie break.
Sin embargo, allí fue mejor Brasil que, apoyado en una extraordinaria actuación de su líder y anotador principal, el notable Nalbert, se llevó el último y definitivo set de un partido extraordinario por su calidad y la intensidad del desarrollo cambiante.