Para los que creían ver en el ascenso de Juan Martín Del Potro y el enojo de David Nalbandian una suerte de reedición de las polémicas entre Guillermo Vilas y José Luis Clerc, que derivaron en la caída en la final de la Copa Davis de 1981, el tandilense envió un mensaje de aclaración: “Nuestro líder es Nalbandian”. A punto de debutar en el Masters Series de Madrid, concedió una entrevista a la agencia española Efe, en la que habló largamente de la próxima final de la Davis contra España, en Mar del Plata.

–Una final Argentina-España, ¿cómo es? ¿Qué se siente?

–Es un Boca-River, y ojalá que se jugase en la Bombonera. Ganaríamos seguro. Habrá mucho en juego, quizá la gente española se esté imaginando algo que no es. El público argentino, como el de España o Estados Unidos, quiere que gane su equipo, pero es muy respetuoso, va a alentar, a gritar mucho para nuestro lado, como pasa en cualquier parte del mundo, sea una cancha de fútbol o de básquetbol. Pero también es gente que va a tener una oportunidad única de ver a (Rafael) Nadal y a (David) Ferrer en Argentina, que no creo que pase muchas veces y están muy contentos por eso. Obviamente quieren que ganemos nosotros, pero no se gana con la gente, se gana en la cancha.

–David Nalbandian prefería Córdoba como sede de esa final y apoyó al máximo. Al final no lo consiguió y no le cayó bien la decisión. Incluso ha insinuado que podía no jugarla. ¿Cuál es su opinión?

–No voy a opinar de sus declaraciones. Somos un equipo y vamos a actuar como tal. Es lógico que Nalbandian quiera jugar en Córdoba, como yo quisiera jugar en Tandil, o Cañas en Buenos Aires. Cada uno quiere jugar en su ciudad, pero eso no se da por muchos motivos, por requisitos que no se cumplen. Pero para eso hay gente especializada de la ITF o de la AAT que estuvieron en la negociación. Afortunadamente, yo estaba en Tokio, alejado de todo esto. Nos reunimos después de la semifinal y, en lo que estábamos todos de acuerdo era en que queríamos indoor y carpeta, y que lo demás daba todo igual, y eso se va a cumplir. Yo me fui rápidamente y no me pude involucrar en nada en las negociaciones, porque además no tengo ni idea.

–En un equipo de tenis siempre hay un líder. En el de Argentina podría haber dos, usted y Nalbandian. ¿Cuál es su opinión?

–Siempre es bueno tener un líder dentro del equipo, en tenis, en fútbol o donde sea, y nuestro líder es Nalbandian. Ha jugado muchas series de Copa Davis, ganó partidos de local y de visitante. Rinde 10 puntos en la Davis, y tener un líder de esa calidad es siempre muy bueno, como tiene España con Rafa. Hay que aprovechar su talento.

–Jugar la final en casa es algo soñado. ¿Cómo se sentiría en el caso de perderla?

–Para mí, personalmente, sería una gran espina que no nos la sacaríamos en mucho tiempo, porque jugamos de local enfrente de todo nuestro público, con las condiciones y superficie que nosotros queremos, y en los pequeños detalles ponemos todo de nuestro lado de la balanza para sacar la mayor diferencia ante España. Pero yo todavía soy muy joven, y si no es este año va a haber un gran equipo para el próximo, e incluso en los tres próximos. Pero no hay que pensar en eso porque el tren pasa ahora en noviembre y nos queremos subir todos a él.

–Debe ser difícil enfrentarse con un amigo como Nadal, pero sobre todo en una final de Copa Davis. ¿Cómo se sobrepone uno a eso?

–Me pasó cuando enfrenté a (Juan) Mónaco y con algún otro argentino. Con Nadal tengo una muy buena relación, somos muy amigos y es un poco difícil, pero en una final de Copa Davis uno siempre quiere ganar por más que tenga enfrente a su hermano, a tu amigo, a Nadal o a quien sea.

–¿Qué hay de aquel jugador que hace dos años ganó el Challenger de Segovia y que tenía mucho por pulir?

–Sigo siendo malo, aunque quizás algo más efectivo (risas). Cambié muchas cosas, mi forma de jugar, mi forma física, ha sido de todo un poco, y luego esperar que las cosas surjan, seguir trabajando, mejorando para que todo llegara y así ha sido. Pero todo junto y en tres meses me ha cambiado la vida y ahora me toca disfrutar de las cosas lindas de este deporte. Estoy muy feliz.