El goleador de Boca, Martín Palermo, y la dirigencia del club arribaron ayer a un acuerdo de palabra para firmar la semana próxima una renovación anual de su contrato hasta junio de 2010. El arreglo contempla que el delantero perciba 800 mil dólares por la temporada y, para completar el millón que percibe actualmente, dos empresas, una de ropa deportiva y otra de electrodomésticos, aporten los 200 mil dólares restantes. Con el caso de Palermo resuelto, los dirigentes tratarán ahora las renovaciones del defensor Hugo Ibarra y del volante colombiano Fabián Vargas. En ambos casos la situación es más complicada, ya que el club pretende imponer una baja importante en sus contratos.

La renovación del contrato de Palermo se confirmó luego de una reunión que mantuvieron el dirigente Marcelo London, en representación del departamento de fútbol profesional de Boca, y el representante del futbolista, Gustavo Goñi. También se supo que el acuerdo fue posible porque el goleador no sufrirá una baja en sus ingresos, a pesar de que Boca había hecho trascender que la prima más alta del plantel, tras las renovaciones, no podía superar los 500 mil dólares. En este caso, y debido a la situación del delantero, que ha batido records y se encamina a convertirse en el máximo goleador histórico del club, la quita sufrida en relación con su anterior vínculo fue de 200 mil dólares, que de todas formas el jugador no dejaría de percibir si es que se concreta el aporte de los sponsors.

Los casos de Ibarra y Vargas son más difíciles. En el caso del formoseño, el club le ofrece renovar el vínculo por una cifra muy por debajo de las pretensiones del defensor. Ibarra cobra actualmente unos 800 mil dólares por temporada, y Boca quiere bajarle ese número a 350 mil y condicionarle otros 200 mil dólares a una determinada cantidad de partidos jugados. Según trascendió, Ibarra no estaría de acuerdo ni con la quita ni con las condiciones que se le presentaron y habría hecho saber a los dirigentes que cuenta con una oferta del fútbol brasileño. El equipo sería el Santos, club que también apareció el año pasado cuando el formoseño tenía que firmar la renovación de contrato que lo vinculó a Boca hasta finales de junio de este año.

Aunque en un principio Boca parecía dispuesto a dejarlo partir, lo cierto es que tras la actuación del volante frente a la Selección en el último partido por las Eliminatorias, el club jugó algunas fichas a la renovación de su contrato. Pero el asunto no viene bien, ya que existe una traba importante en la parte económica. El manager deportivo del club se reunió con el representante del futbolista y escuchó las pretensiones: un contrato por 750 mil dólares y la compra de su pase, valuado en un millón de dólares. Boca estaría dispuesto a desembolsar no más de 350 mil dólares y comprar sólo la mitad de su pase, algo que el colombiano no estaría dispuesto a aceptar. En el caso de que no haya acuerdo, el jugador podría continuar su carrera en el fútbol inglés o italiano, ya que contaría con ofrecimientos de clubes de ambos países.

Por otra parte, todavía no se produjeron novedades con respecto al nombre del sucesor de Carlos Ischia. Bianchi todavía no se reunió con el máximo candidato, Alfio Basile, y pedirá a la dirigencia más tiempo para tomar la decisión que debía comunicar mañana a la comisión directiva.