Después de meses de lucha de poder entre la FIA (Federación Internacional del Automóvil) y las escuderías, la Fórmula 1 se partió ayer en dos: los equipos anunciaron una competencia paralela para 2010 y la Federación Internacional respondió llevando la guerra a los tribunales. El plazo vencía ayer para que la FIA y ocho de los diez equipos del Mundial llegaran a un acuerdo, en la pelea que mantienen por el reglamento para el año próximo, y se evitara así la amenazante escisión. Sin embargo, tras una reunión en el marco del Gran Premio de Gran Bretaña, las escuderías anunciaron en un comunicado pasada la medianoche del jueves la “preparación de un nuevo campeonato”.

Al amparo de la madrugada británica se consumó el (momentáneo) fin de la Fórmula 1, tal como se conoce desde 1950. Precisamente en Silverstone, donde nació la competición, hace casi sesenta años. La FIA se mostró en un primer momento “decepcionada pero no sorprendida” por la decisión de la asociación de equipos. “La FIA no puede permitir una carrera financiera en el campeonato ni que la FOTA dicte las normas de la Fórmula 1”, aseguró la entidad internacional en un primer comunicado. Luego llegaría otro como parte de esa secuencia de escritos y cartas que ha regenerado el episodio.

Mientras los pilotos probaban en el asfalto de Silverstone, hubo carreras, reuniones y, finalmente, la respuesta final de la Federación: “La FIA emprenderá acciones legales sin retraso”. Por ello, quien esperaba diplomacia y rendición se equivocó. “Las acciones de la FOTA en su conjunto y de Ferrari en particular suponen serias violaciones de la ley, incluidas una interferencia intencionada con las relaciones contractuales, infracciones directas de las obligaciones legales de Ferrari y una grave violación del reglamento de la competición”, explicó la FIA.

Los abogados entrarán ahora en acción. La FIA decidió aplazar sin fecha la publicación de la lista de equipos inscriptos para 2010, cuyo plazo vencía el jueves pasado pero que ante la decisión de la FOTA había sido pospuesta para ayer. Si no hay un acuerdo final, Ferrari, McLaren, BMW, Brawn GP, Renault, Red Bull, Toro Rosso y Toyota pondrán en marcha una Fórmula 1 paralela con nombre y circuitos a confirmar.

“Los equipos no tienen otra alternativa que comenzar la preparación de un nuevo campeonato que refleje los valores de los participantes y los socios. Esta serie tendrá un gobierno transparente, un solo reglamento, alentará que haya más participantes y escuchará los deseos de los fans, incluidos precios más bajos, de los socios (patrocinadores) y otros importantes grupos de interés”, explicó la FOTA, poniendo la primera piedra del nuevo proyecto.

La disputa que lleva varios meses se debe, entre otras cosas, al límite presupuestario de 60 millones de dólares impuesto por la FIA a los equipos para 2010, para permitir la entrada de nuevas escuderías y favorecer la permanencia de las actuales. Los equipos creen que es un paso demasiado drástico y proponen una reducción de gastos más gradual.

Mientras los ocho rebeldes creen que tienen el poder, el presidente de la FIA, Max Mosley, lo ve de otra manera. “No me lo tomo tan seriamente como la gente, porque sé que todo es una pose”, explicó Mosley en una entrevista con la emisora británica BBC. “Es todo una cuestión de personalidades y de poder y de quién puede conseguir algo del otro. Estarán allí en la primera carrera de 2010”, aseguró confiado la principal autoridad. No parece probable.