Sábado, 20 de junio de 2009 | Hoy
EL MUNDO › REPORTAJE A DANILO ASTORI, PRECANDIDATO PRESIDENCIAL POR EL FRENTE AMPLIO URUGUAYO
A ocho días de las internas del Frente Amplio, el delfín de Tabaré Vázquez marca diferencias con Mujica y defiende las pasteras y la política de derechos humanos del actual gobierno.
Por Mercedes López San Miguel
Danilo Astori representa una manera distinta de decidir en política que su rival dentro del centro-izquierdista Frente Amplio uruguayo, José “Pepe” Mujica. Así lo remarcó el precandidato a Página/12. “El compañero Mujica planteó su plan de abordar la economía desde la derecha y la política desde la izquierda. Creo que esa visión es profundamente equivocada y demuestra poca confianza en la capacidad de la izquierda en su proyecto nacional.” El ex ministro de Economía de tinte liberal y perfil moderado respondió vía correo electrónico, dado que recién se recupera de una enfermedad que le jugó en contra para mejorar su posición electoral ante el favorito, Mujica –en un lejano tercer lugar en los sondeos se ubica Marcos Carámbula, intendente de Canelones–. El próximo domingo 28 de junio se realizarán las elecciones internas del oficialismo y de los demás partidos, de cara a los comicios presidenciales de octubre.
–Con la ventaja que lleva Mujica, ¿por qué cree que va a ganar?
–Yo soy peleador hasta el final. Me gusta la lucha y, a pesar de la neumonía, estamos peleando con el aporte de mis compañeros, que han hecho un esfuerzo extraordinario. Ninguna de las actividades importantes de la campaña en todo el país ha salido mal o medianamente mal. También ,en el Uruguay las encuestas son serias y confiables, pero se han equivocado muy feo en las elecciones internas. Y en tercer lugar, por una razón política de fondo. El día que las encuestas determinen el comportamiento de los dirigentes o de los partidos, la democracia habrá descendido varios escalones.
–¿Qué votante se identifica con su candidatura?
–En esas cosas uno siempre es generoso consigo mismo. Creo que es un votante que defiende, comparte y asume la labor de este gobierno. En sus resultados, en su espíritu crítico, pero, sobre todo, en la coherencia de su política durante estos años. Según las encuestas, son votantes con interés en la política, nivel educativo medio y alto, aunque también tenemos una importante presencia en las zonas más populares de la capital y del interior. Mi caracterización no es por exclusión o confrontación respecto de votantes de los otros precandidatos del frente. Todos tenemos una adhesión del pueblo del Frente bastante transversal.
–¿En qué es distinto a Mujica?
–Diferencias hay, de lo contrario las elecciones internas serían una frivolidad, una disputa personal por el poder, y no lo son. Tenemos un programa común, una larga trayectoria común, somos compañeros de una izquierda unitaria, pero tenemos diferencias. No tenemos el derecho a ocultarlas. En un reciente reportaje el compañero Mujica planteó su plan de abordar la economía desde la derecha y la política desde la izquierda. En ese nudo están las mayores diferencias. Creo que esa visión es profundamente equivocada y además demuestra poca confianza en la capacidad, en la iniciativa, en las ideas de la izquierda en cuanto al proyecto nacional considerado como un conjunto que incluye la política económica y las acciones en el campo social, incluyendo los ámbitos educativo, cultural, de la salud y también la seguridad pública. Además se presenta ese camino como el adecuado para tranquilizar, para dar confianza. Ese es otro grave error. El mayor capital que tiene hoy el Uruguay y el mayor mérito de la izquierda es la confianza que hemos acumulado. Esa es la base para todo nuestro proyecto de profundizar los cambios, de generar más riqueza, distribuirla con mayor justicia, seguir generando puestos de trabajo, sacar de la pobreza a otros 350 mil uruguayos y eliminar la miseria, que ya redujimos a la mitad (del 4 al 1,9 por ciento de la población). Sin confianza no lo hubiéramos logrado. Y la confianza no se consigue entrándole a la economía por la derecha. Sería una profunda derrota ideológica para la izquierda.
–¿Aceptaría ser el compañero de fórmula de Mujica?
–Hasta el 28 de junio estoy en la pelea por ganar y de eso pueden estar seguros. Además, no quiero volver al debate sobre los cargos y la distribución del poder. Eso nos hace muy mal a la izquierda y a mí personalmente. Quiero discutir de contenidos, de proyectos, de ideas. Y también pueden estar seguros, porque soy un frenteamplista de toda la vida, de que al otro día no me voy a mi casa. Gane o pierda estaré en primera línea trabajando con mis compañeros y mis compañeras.
–¿Por qué no firmó para derogar la ley de Caducidad?
–A pesar de haber hecho toda la campaña contra la ley de impunidad y por el voto verde en el plebiscito de 1989, no firmé por dos razones. Primero, porque durante toda la campaña electoral del 2004 en la que conquistamos el gobierno nacional con Tabaré Vázquez a la cabeza, el Frente Amplio en su congreso y el propio candidato afirmaron con toda claridad que respetaríamos el resultado del plebiscito de 1989. Si recordamos el debate del congreso del FA en el que se aprobó por aplastante mayoría esta posición, se entiende que había algo más allá de la propia ley y era la seguridad a la ciudadanía de que respetaríamos las normas en vigencia y el ordenamiento democrático, nos conviniera o no. Y ese compromiso durante este gobierno hay que cumplirlo. La segunda razón es que ésa es la posición del gobierno que yo integré como ministro y que sigo integrando hasta hoy como senador, y yo no voy a dejar al presidente solo en esa definición. Soy consecuente. También dije que votaría en el plebiscito de octubre por la anulación de la ley y que haría todo lo que esté a mi alcance para anular la ley y sus efectos.
–¿Cuál es su propuesta para salir de la crisis económica?
–Más cambios y persistencia con nuestra política económica y social. No debemos replegarnos ni arrugarnos. En Uruguay tenemos las mejores condiciones para que el impacto sea menor –de hecho lo está siendo– y en particular que sea menor en los sectores sociales más vulnerables, por lo que hemos hecho en este gobierno y por las políticas sociales que ya se están aplicando. En Uruguay no hay crisis bancaria ni financiera, tenemos las mayores reservas de nuestra historia, no hay burbuja inmobiliaria, el perfil de la deuda –luego de ser hace cuatro años el segundo país más endeudado del planeta– es totalmente manejable y mantenemos un alto nivel de proyectos de inversión productiva.
–¿Intensificar el Mercosur, apuntar a un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU.?
–El tema del TLC ya fue definido y hoy estamos avanzando con el Tifa (Trade and Investment Framework Agreement), lo que nos permite aumentar nuestro comercio y nuestros negocios con Estados Unidos. Nos importa diversificar y ampliar los mercados y el año pasado alcanzamos los 10 mil millones de dólares de exportaciones de bienes y servicios a más de 120 países. Y en esa estrategia nacional somos parte del Mercosur. Más que miembros nos sentimos Mercosur y trabajamos por el proyecto, pero sin resignar derechos ni aceptar imposiciones o un Mercosur sin horizontes globales y regionales. Debe ser una integración a la economía mundial y no la feria de las mezquindades.
–¿Cómo plantea mejorar la relación con Argentina?
–Combinando cuatro factores: tiempo, serenidad, sentido de la historia y creatividad. Hay que evitar concentrar problemas sobre problemas, hablar poco y trabajar en todos los ámbitos de negociación y hasta personales. No es fácil, lo hemos intentado estos años. No hay que desfallecer.
–¿Apoya los proyectos de nuevas papeleras?
–Sí, sobre todo viendo los resultados de Botnia, que luego de un año largo de producción no muestra el más mínimo indicador de contaminación en ningún sentido. En nuestra planificación territorial y en el cuidado del medio ambiente, que son parte esencial de nuestro proyecto nacional, hay solo el 5 por ciento del territorio destinado a la forestación y eso permite la instalación de dos plantas papeleras adicionales y en eso estamos trabajando. La producción de celulosa a nivel de las plantas más modernas del mundo –como la nuestra– es una de las industrias menos contaminantes y en las que la tecnología avanzó de manera más consistente. Así que por razones productivas, de innovación y uso intensivo de la tecnología, de generación de energía renovable, de respeto del medio ambiente, estamos muy interesados en la industria del papel y la celulosa. Esa es una posición casi unánime de todos los uruguayos. No tengan dudas.
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