Ariel Ortega se mostró feliz por su gol y su actuación del sábado por la noche ante Everton, pero aseguró que lo importante será llegar bien al comienzo del Apertura. “Me siento muy bien y contento y ojalá que las cosas se sigan dando de esta manera para el bien de todos”, comentó Ortega. Lejos de la euforia que se generó por el golazo que convirtió el sábado, Ortega prefirió la mesura. “Lo del sábado lo tomo con mucha tranquilidad. Estas cosas uno las tiene que disfrutar, pero vivo la realidad, esto es un pasito adelante, ya que lo importante será llegar bien al torneo”, comentó el jujeño en declaraciones a radio La Red. “En el primer tiempo terminé bien, pero en el segundo tiempo sentí el cansancio, algo que por ahí tiene que ver con el tiempo que estuve parado”, completó.

El talentoso atacante sostuvo que no le pesa tener que absorber toda la presión junto con Marcelo Gallardo, el otro referente que tiene el plantel que conduce Néstor Gorosito. “Ojalá que estando bien Marcelo y yo podamos tomar esa presión, algo que nosotros sabemos, y así todos van a poder jugar más tranquilos, se van a poder sacar presión, lo que genera el hincha de River con la ansiedad de ganar. Me hago cargo y me gusta este desafío, por eso estoy entrenando con todas las ganas”, señaló el jujeño.

Mientras tanto, ayer se supo que el superclásico argentino tendrá una versión inédita: el 6 de septiembre, Boca y River se enfrentarán en Bolivia, en el marco de la Copa Aerosur. Las dos instituciones ya dieron el visto bueno para jugar un amistoso en el estadio Ramón Tahuichi Aguilera de Santa Cruz de la Sierra, aprovechando el receso que tendrá el Apertura por la doble jornada de las Eliminatorias.

Este superclásico será el quinto que se dispute fuera de la Argentina. El primero fue en 1955, con una goleada de Boca 5-2 en Uruguay. Mario Boyé, en cuatro ocasiones, y Alberto Etcheverry marcaron para el vencedor, mientras que Walter Gómez y Norberto Menéndez descontaron. En 1978 y también en Uruguay, River se tomó revancha con una victoria 2-0, con dos goles de Norberto Alonso. Seis años más tarde volvieron a verse las caras en Uruguay y la sonrisa fue para Boca, que ganó 2-0 con conquistas de Ricardo Gareca y Omar Porté.

El último enfrentamiento fuera del país se dio en Miami en 2002, mientras se disputaba el Mundial de Japón y Corea, y River consiguió un triunfo increíble, con dos goles cuando el partido se terminaba. Boca, dirigido por Oscar Tabárez, se imponía 1-0 con un gol de Nicolás Burdisso, pero el equipo de Manuel Pellegrini, que ese día debutaba como entrenador de River, lo dio vuelta sobre el cierre con tantos de Matías Lequi y Juan Pablo Raponi. El encuentro fue muy áspero –expulsaron a Burdisso y al chileno Escalona– y hubo incidentes en el final, porque un grupo de hinchas invadió la cancha.