DEPORTES › CARLOS BABINGTON Y SU VISION DE LA EXPLOTACION SUFRIDA POR LOS CLUBES

“Recibíamos el 7 por ciento”

El presidente de Huracán habla del tema más caliente del fútbol argentino y analiza su gestión en el club de Parque Patricios. “El nuevo contrato es beneficioso para los clubes”, afirma.

 Por Gustavo Veiga

La metáfora de la resurrección futbolística de Huracán se extiende por cada uno de sus rincones. Carlos Babington recibe en una oficina donde hace tres años, cuando asumía la presidencia, encontraron cinco ratas muertas. Ahora, en la sede social, se respira vida social. No importa que él remarque lo obvio: “Es un club de fútbol y no con fútbol”. O que el técnico Angel Cappa se queje de que “es un club tan desorganizado que te agota”. El Inglés sabe que un proyecto deportivo sustentable debe apoyarse en una economía austera, la recuperación y mantenimiento de sus instalaciones, una pileta nueva y hasta el resurgimiento del boxeo en honor a la memoria de Ringo Bonavena. Aunque el hincha promedio esté mucho más preocupado por el desguace del plantel y él también, porque le corre fútbol por las venas.

–¿Qué diferencias percibe entre su vida como jugador, después director técnico y ésta como presidente de Huracán?

–Como futbolista tenía que rendir, cuidar el físico y listo. Como técnico estaba obligado a ganar los domingos porque si no tenía que renunciar, pero como dirigente uno juega todos los días. Si no puedo pagar hoy, pago mañana. Si viene la plata de la AFA y le había pedido prestado a alguien, me cubro con ella. Hay más margen de maniobra. Te vas acomodando, porque lo que falta siempre es dinero. Aunque tengo un par de inversores que colaboran.

–¿Con qué presupuesto cuenta?

–En el fútbol, Huracán fue el segundo menor presupuesto del último campeonato. El más barato era el de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Después venía el nuestro. Es decir, hicimos austeridad. Gastamos 650 mil pesos por mes en el torneo que salimos segundos. Recibíamos 500 mil pesos mensuales que nos daba la AFA de la televisión, por lo tanto el desfase era de 150 mil pesos. Pero ahora, con el nuevo contrato televisivo, que es beneficioso para los clubes, pensamos que será otra cosa. Por algo se votó por unanimidad.

–Huracán sigue en convocatoria de acreedores. ¿Cuánto dinero les resta pagar ?

–Mucho dinero, son unos 30 millones de pesos. No bajó mucho la deuda desde que asumimos, pero sí bajaron mucho los juicios. Nosotros generamos uno solo en tres años y recibimos el club con 178. Hoy tenemos 82. Que no se haya reducido demasiado el monto de la convocatoria es porque los juicios que quedaron, que son los más grandes, corren como un reloj de taxi. Engordan por los intereses cuando no los liquidás. Sólo los podremos pagar con la venta importante de algún jugador.

–¿Por qué los clubes rescindieron el contrato con las empresas que tenían los derechos de TV?

–Porque, según lo expresó el presidente de la AFA, recibíamos el 7 por ciento del monto total que recaudaba la televisión. El 7 por ciento era irrisorio si los clubes son los verdaderos artífices del dinero que se genera, porque sin partidos ni campeonato no hay dinero. Por eso, debíamos cobrar mucho más. Con el doble armaría un mejor equipo y no tendría pérdidas. Aunque hay dirigentes que cobran diez y gastan veinte.

–¿Y ustedes acaso no?

–Nosotros tratamos de respetar el presupuesto que tenemos. Además, no nos podemos hacer los locos por la convocatoria, porque si vendemos a un jugador, tengo que consultar con el juez qué voy a hacer con la plata. Pero además, ésa es nuestra política. Cuando llegamos a Huracán hace tres años encontramos cinco ratas tiradas ahí (señala hacia un lugar ubicado frente a su escritorio) y esta oficina estaba llena de papeles viejos y de porquerías. Los tres lugares que tiene Huracán estaban deteriorados: el estadio, la sede y la Quemita. Pero los mejoramos un montón.

–Lo reeligieron este año por un nuevo período como presidente. ¿Hasta cuándo piensa continuar en el cargo?

–Yo no me proyecto a futuro. Mi historia como presidente de Huracán empezó por mis problemas de salud, que me obligaron a no dirigir más. Entonces me embalé con unos amigos para estar acá. Parece mentira pero ya pasaron tres años y la gente me respaldó de nuevo. Tuve muchos inconvenientes, varias idas y venidas, pero como digo siempre, este club es mi casa y seguirá siendo toda la vida mi casa.

–¿No teme al fracaso en un club que muchos presidentes no pudieron levantar?

–Ahora que estoy en la presidencia me doy cuenta de lo que influyen los intereses personales. Yo soy totalmente apolítico, algo que me critican. Dicen que también soy un cabrón, que me peleo con la gente, pero tan mal no me fue. Porque me peleo con los que no sirven, no con los que suman, aunque sean de la contra. Yo combato a los que ponen palos en la rueda.

–¿Y a los que fundieron el club?

–Hubo un juicio grandísimo y salieron absueltos todos. Yo era el técnico del equipo cuando hicieron un desastre. Nadie se acuerda de quiénes lo dejaron arruinado. Incluso algunos siguen viniendo al Ducó y saludan a la gente y todo. Hay poca memoria en Huracán, como en el país.

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Imagen: Jorge Larrosa
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