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La Comisión Disciplinaria de la FIFA decidió no sancionar al francés Thierry Henry por su mano ante Irlanda en el partido de repechaje para el Mundial 2010, al estimar que “no hay texto jurídico” para sancionar al futbolista. “La Comisión Disciplinaria llegó a la conclusión de que no había base jurídica para volver a estudiar el caso, porque la falta por mano no puede considerarse como un hecho grave, tal y como lo exige el artículo 77º del Código Disciplinario de la FIFA”, indicó la organización.

“Ningún texto jurídico permite a la comisión sancionar un hecho que se escapó a los oficiales del partido”, precisó la FIFA, haciendo alusión a los árbitros del encuentro.

El episodio produjo un escándalo internacional que involucró a los líderes de ambos países, Brian Cowen y Nicolas Sarkozy. Francia perdía con Irlanda 1-0 como local y el resultado obligaba a ir a un alargue y, eventualmente, a una definición por penales.

En el minuto 13 del alargue, Henry acomodó la pelota con la mano antes de cederla a William Gallas, que anotó el tanto del empate con el que Francia, campeón mundial en 1998, se clasificó para el Mundial de Sudáfrica, certamen en el que Irlanda, a propósito de lo sucedido y después de que la FIFA descartara hacer jugar de nuevo el partido, pidió ser aceptado como 33º participante.

“No hay una base legal que permita a la comisión sancionar un hecho que el árbitro no vio”, declaró la FIFA. “Nos robaron –se quejó entonces el italiano Giovanni Trapattoni, entrenador de Irlanda–. El árbitro debió haberle preguntado al jugador, quien hubiera reconocido la mano.” El sueco Martin Hansson, árbitro del encuentro, perdió su categoría de internacional tras el episodio.

Joseph Blatter, presidente de la FIFA, anunció el pasado 2 de diciembre en una reunión del Comité Ejecutivo mantenida en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) que habría una investigación de la Comisión Disciplinaria, un órgano independiente de la FIFA, que estudiaría el gesto del capitán de la selección francesa.

Días antes, según se supo, en una conversación telefónica privada había asegurado a Henry que no habría castigo para él porque la jugada no era punible. Blatter sugirió en un momento que se podría dar una eventual “compensación moral” a Irlanda y el propio Henry –que reconoció haber tocado la pelota con la mano– se mostró a favor de jugar el partido otra vez, afirmando que “(los irlandeses) merecían estar en Sudáfrica”.

Como suerte de velado castigo, la FIFA no nominó –contra lo que se esperaba– a Francia como cabeza de serie en el sorteo del Mundial, y la selección que dirige Raymond Domenech fue a parar al grupo más duro de la fase inicial, el A que integra junto a Sudáfrica, México y Uruguay.

De esta manera, la FIFA da por cerrado un expediente espinoso. La “mano de la rana” (hand of frog) la designó la prensa irlandesa, haciendo referencia a la “mano de Dios” de Diego Armando Maradona en el Mundial de México ’86 tanto como al apodo que los británicos dispensan a los galos.

“Espero de todo corazón que éste sea el fin de la historia”, dijo Jean Pierre Escalettes, presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF). “Que Thierry Henry no sea sancionado no es sorprendente sino lógico. Nada en el reglamento de la FIFA permite sancionarlo, y la FIFA no ha hecho otra cosa que aplicar el reglamento”, añadió el dirigente.

Después del escándalo, el primer ministro Cowen pidió que el partido volviera a jugarse, mientras que su colega francés François Fillon replicó que no le tocaban ni al gobierno de Irlanda ni al de Francia “inmiscuirse” en las reglas del fútbol mundial.