Aunque se trate de un simple amistoso de verano y apenas lleven dos partidos de pretemporada por bando, el superclásico de mañana en Mar del Plata se transformó en una valla complicada tanto para Boca como para River. Con el arrastre que significó el mal año pasado de ambos, sumado al pésimo comienzo de 2010, el panorama para sobrellevar un posible mal no es el mejor. Por eso, tanto Alfio Basile como Leonardo Astrada ya planifican disponer del mayor potencial posible para no comprometer de manera tan tempranera el futuro de sus proyectos.

De los doce puntos posibles, entre Boca y River apenas sacaron uno, ya que el equipo de Basile le empató en último minuto a San Lorenzo. El resto, todas derrotas. Boca cayó de manera estrepitosa con Estudiantes, mientras que los de Núñez perdieron sucesivamente ante Racing e Independiente. Por eso, se acabaron las pruebas, los descansos y los esfuerzos dosificados y mañana saltarán al Minella todos los titulares, entre ellos Juan Román Riquelme y Martín Palermo.

El presente de Boca parece más complicado. Su rendimiento ante Estudiantes resultó muy pobre. Y lo que es peor, la formación que puso en la cancha Basile fue bastante cercana a la ideal. Es cierto que le faltaron Riquelme y Palermo, pero el aporte de Lucas Viatri, el reemplazante del goleador, fue de lo mejor del equipo. Y más allá del fútbol que pueda aportar el conductor, difícilmente logre brindar garantías en la defensa, el sector que más padeció en los últimos tiempos. A pesar de los cambios de nombres –hasta de arquero–, en los dos primeros partidos recibió siete tantos, con errores que se repiten desde el semestre anterior.

El de Riquelme es un caso especial. A partir de la fascitis plantar que sufrió en octubre pasado, la idea del cuerpo técnico era llevarlo de a poco, con un trabajo especial, para llegar de manera impecable para el comienzo del Clausura. Pero ante la situación límite, Basile apelará a su jugador símbolo para que le otorgue otra personalidad al equipo. Por lo pronto, el volante ayer participó de una práctica de fútbol en espacio reducido y se lo vio bastante activo. La otra presencia importante sería la de Julio Cáceres, otro de los que no vieron acción durante el verano. En consecuencia, Boca formaría con Abbondanzieri; Ibarra, Cáceres, Paletta, Morel; Medel, Rosada, Colazo; Insúa; Gaitán, Palermo.

Del otro lado, Astrada parece tener algo más de aire, a partir de una nueva dirigencia que recién se está asentando en el club. Pero el comienzo de 2010 no es para nada alentador. Perdió los dos partidos y le anotaron cinco goles, aunque a su favor hay que marcar que todavía no mandó a la cancha a la mejor formación posible. Claro que una tercera caída, con el plus de tratarse de un superclásico, le trasladaría todos los problemas de vereda. Por eso, el entrenador apelaría a sus hombres más experimentados, entre ellos Ortega, Gallardo y Matías Almeyda. De esa manera, River se presentaría con Vega; Ferrari, Cabral, Quiroga, Villagra; Barrado, Almeyda, Abelairas, Gallardo; Ortega, Funes Mori.