Aun sin jugar hasta el próximo año, Juan Román Riquelme hace ruido en Boca. En una clara estrategia por tratar de despegarse, al menos de manera pública, de la elección del futuro técnico, el talentoso volante sorprendió al reconocer que aceptaría trabajar hasta con Diego Maradona como entrenador, al tiempo que tampoco descartó a Guillermo Barros Schelotto. En tanto, para disipar la polémica por el costo que le significaría su sueldo a Boca, el jugador aseguró que donará al club lo que le correspondería por estos seis meses de contrato, en los que sólo jugó un partido y medio.

La idea de Riquelme fue despegarse de la interna en la que están inmersos los dirigentes, que ayer decidieron darle el poder al presidente Jorge Amor Ameal para negociar con Julio Falcioni. Por eso, ni siquiera quiso descartar ser dirigido por Maradona, con quien protagonizó una pelea mediática el año pasado, cuando renunció a la Selección por no compartir los métodos del DT. “Tengo las cosas muy claras; el presidente es el que decide y si decide que debe ser entrenador Maradona, él deberá hacer su trabajo de entrenador y yo el de jugador, en el mismo barco para que las cosas salgan bien”, sorprendió Riquelme en una entrevista por Fox Sports. “No tengo problemas en trabajar con él, con Barros Schelotto o con quien sea”, remarcó el jugador. “Yo no me voy a meter en ese tema. Si es Maradona, lo ayudaremos. Lo mismo si es Falcioni, Bielsa o Pompei”, agregó. Más allá de su declaración, la idea de los dirigentes no pasa por Maradona, ya que los dos nombres que se barajaron ayer en la reunión de la comisión directiva, por si no se firma lo de Falcioni, son Diego Simeone y Ricardo Gareca.

La otra intención de Riquelme fue desligarse de los conflictos con los entrenadores que han pasado en Boca en los últimos años. “Da la casualidad de que todos los técnicos que se van de Boca terminan hablando cada día conmigo. Hablo todos los días con Russo y no tengo ningún problema con él ni con Ischia ni con Borghi. Había hablado dos veces con él y quedó una muy buena relación”, se defendió Riquelme, que explicó que su supuesta pelea con Barros Schelotto fue una pantalla para no hablar de los verdaderos motivos de la ida de Russo a finales de 2007. “Me usaron a mí, que Riquelme no quería a Schelotto. Usaron esa excusa para no explicar por qué echaron a Russo”, se quejó.

En el contacto, Riquelme también expresó que no percibirá estos seis últimos meses de contrato, ya que no jugó durante todo ese tiempo por estar lesionado en la rodilla izquierda y, cuando reapareció, apenas pudo completar 135 minutos por resentirse de una tendinitis aquiliana. “Soy hincha de este club y no puedo hacerlo después de no haber jugado. Quiero ver cuál es la mejor forma de ayudar. Quizá arreglar los vestuarios o alguna cancha”, indicó el volante. En total, Riquelme dejaría de percibir 635 mil dólares, el proporcional de los cinco millones que firmó por cuatro temporadas al comienzo del Apertura.