Desde Zurich

La FIFA decidirá hoy dónde ponen sus esperanzas millones de fanáticos durante los próximos 12 años, al elegir en Zurich las sedes de los Mundiales de fútbol de 2018 y 2022. El resultado marcará también el camino que recorrerá en el futuro el mundo del fútbol: de regreso al viejo orden o a la conquista otra vez de mercados por explotar.

La cita es en el Messezentrum de Zurich. Allí, 22 miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA otorgarán por primera vez dos sedes al mismo tiempo. Lo único seguro es que, después de su paso por Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, el Mundial volverá a Europa en 2018. Inglaterra, Rusia, España/Portugal y Holanda/Bélgica son los cuatro aspirantes. El torneo de 2022 se lo disputan Estados Unidos, Australia, Corea del Sur, Japón y Qatar.

Nadie cuenta con Holanda/Bélgica, así que la pelea por 2018 parece dirimirse entre quienes apuestan por lo seguro, por el regreso a los escenarios tradicionales del fútbol como Inglaterra o España, y quienes desean abrir nuevas vías de negocio en países como Rusia.

“Nosotros somos el futuro”, asegura el jefe de la candidatura rusa, Alexey Sorokin, cuyo equipo ha optado por una estrategia muy similar a la que llevó los Juegos de 2016 a Río de Janeiro. Rusia adolece de falta de infraestructura, pero es una potencia que renace y que exige tener por primera vez la oportunidad de organizar el Mundial.

Sin embargo, el anuncio del primer ministro ruso, Vladimir Putin, de que no viajará a esta ciudad desató todo tipo de interpretaciones. Hay quienes descartan ya a los rusos y convierten la votación en una carrera entre Inglaterra y España/Portugal. Y hay quien opina que Putin no necesita viajar porque la victoria rusa ya es segura.

Putin se presentó como un adalid de la FIFA, a la que defendió de las acusaciones de corrupción vertidas en los últimos días. “Prefiero no viajar en consideración a la FIFA, para darle la posibilidad de decidir objetivamente, con serenidad y sin ninguna presión”, dijo el político ruso en Moscú.

Su homólogo británico hizo todo lo contrario. Fue quien más tiempo pasó en Zurich, donde se reunió con siete miembros del comité. Los jefes de gobierno de España y Portugal sólo estarán hoy en la presentación. El trabajo principal recayó sobre Angel María Villar, presidente de la federación española y vicepresidente de FIFA.

El Mundial de 2022 aún parece más abierto. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, nunca ocultó su placer por extender lo más posible su ámbito de influencia. Este año pudo al fin ver cumplido su sueño de llevar el Mundial a Africa. Y su obra sería completa si en 2022 se fuera a Australia. Eso lo convertiría en el primer presidente que otorgó un torneo a todos los continentes del planeta. Pero Australia no lo tendrá fácil.

Tendrá que pelear contra la fuerza del dinero de estadounidenses y qataríes o contra la poderosa influencia del vicepresidente surcoreano de FIFA, Chung Mong Joon. El ex presidente Bill Clinton habló en favor de Estados Unidos; por Australia lo hizo la modelo Elle McPherson.

La decisión está en manos de 22 hombres, los miembros hábiles del Comité Ejecutivo del órgano rector, un gremio sobre el que acecha la sombra de la sospecha. En esta ocasión, las denuncias golpearon con fuerza la imagen y credibilidad de la FIFA, que tuvo que suspender a dos de los 24 miembros que componen el ejecutivo.

La votación, en cualquier caso, sigue adelante. Ayer presentaron sus propuestas los candidatos a 2022; hoy, antes de que Blatter anuncie a las 10 los ganadores, será el turno de los europeos. El inglés David Beckham, el español Iker Casillas, el holandés Johan Cruyff o el ruso Roman Abramovich, dueño del Chelsea.