Se acabaron las especulaciones y el Apertura ingresó en el sprint final, que entre mañana y el domingo coronará a un nuevo campeón o, tal vez, determine que se deba disputar una final. En cinco días, Estudiantes y Vélez definirán mano a mano el torneo, en una resolución en la que las matemáticas favorecen a los platenses, mientras que la mirada de los rivales de ambos les hace un guiño a los de Liniers. La otra diferencia pasa por las características de ambos conjuntos. Para el líder, la cátedra indica que su mayor fortaleza pasa por sus cualidades defensivas, en tanto que el escolta sostiene su esperanza en su poder de ataque. Sin embargo, los números no certifican del todo esa creencia.

A falta de dos jornadas, el fixture marca que mañana Estudiantes visitará a River en el Monumental y Vélez recibirá en el Amalfitani a Huracán, mientras que en la última jornada el equipo de Sabella jugará de local ante Arsenal y Vélez será visitante de Racing. En principio, el flojo presente de Huracán lo coloca como un rival más que accesible para el escolta. En cambio, el líder tendrá un adversario más exigente en River, que llega con un envión de diez puntos en los últimos doce partidos. Para la última, los dos afrontarán exámenes complicados ante rivales que están encaramados en los primeros lugares.

Más allá de la hipotética diferencia en favor de Vélez, Estudiantes tiene una luz concreta de dos puntos de ventaja, lo que le asegura que si gana sus dos partidos será campeón, sin importar lo que haga el conjunto de Gareca. Claro que para poder hacerlo mañana en el Monumental, además del triunfo propio ante River, necesitará que Huracán rescate aunque sea un empate en su visita a Liniers, algo difícil teniendo en cuenta que los de Parque Patricios arrastran cinco derrotas en fila.

Por el contrario, los de Liniers necesitan, al menos, un empate del líder en alguno de los dos partidos para poder soñar con un desempate. Y para aspirar a la consagración directa el domingo precisan que Estudiantes pierda alguno de los dos encuentros o que no gane ninguno, siempre dando por supuestas las victorias propias.

Para llegar a esta instancia, Estudiantes construyó su campaña con la solidez defensiva como estandarte. Con sólo ocho goles en contra en 17 partidos, el líder cuenta con la valla menos vencida del torneo. Por el contrario, los mayores cuestionamientos fueron para su ataque, que no mostró la contundencia de otros campeonatos. Sin embargo, con 26 goles tiene la tercera mejor cifra, sólo debajo de Vélez y Godoy Cruz. Sin un goleador definido como lo era Mauro Boselli, su mérito está en repatir las conquistas entre diferentes futbolistas, ya que sólo Gastón Fernández figura entre los máximos artilleros con seis tantos. Recién con tres aparecen Enzo Pérez y Gabriel Mercado como los otros jugadores más efectivos. Lo curioso es que cuenta con siete futbolistas con un gol.

Del otro lado, Vélez pareciera que todo su poder lo basó en su capacidad goleadora, algo que los números no demuestran. Con nueve goles en contra, el conjunto de Liniers tiene la segunda mejor defensa, con apenas un tanto más recibido que Estudiantes y un promedio apenas superior al medio gol por partido (0,53). Ha sido casi tan sólido como el puntero. Y su aparente eficacia ofensiva tampoco es tan apabullante. Si bien es el más goleador junto a Godoy Cruz con 29 tantos, su promedio de 1,70 goles por partido no causa demasiado impacto. Sin embargo, sí sorprende la capacidad de sus dos delanteros titulares, Santiago Silva y Juan Manuel Martínez, anotaron 20 de esos 29 goles. Y sí se suma que Jonathan Cristaldo y Maxi Moralez consiguieron tres tantos cada uno, la conclusión es que 26 de los 29 goles se reparten sólo entre cuatro jugadores. Habrá que ver qué datos pesarán más en una definición que será apasionante.