El piloto polaco de Fórmula 1 Robert Kubica (Lotus Renault), gravemente herido en un rally italiano el domingo último, recibirá una gota de sangre del papa Juan Pablo II para ayudarlo a curarse, según anunció ayer el cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia. En un relicario que será entregado hoy al corredor, internado en el hospital Santa Corona de Pietra Lígura, cerca de Génova, hay una gota de sangre y un trozo de tela de un hábito de Juan Pablo II, indicó Dziwisz. “Juan Pablo II practicaba deporte, quería a los deportistas y a la juventud”, declaró el cardenal, ex secretario y amigo personal de Karol Wojtyla.

Al mismo tiempo, Kubica se mostró ayer optimista y aseguró que regresará “esta temporada” a correr en la máxima categoría. “Volveré antes de que termine la temporada y estaré más fuerte que antes. Los dedos funcionan, los siento; y el brazo también. Tienen sólo que operarme y luego sabremos”, comentó Kubica en una entrevista al diario La Gazzetta dello Sport. El polaco fue sometido ayer a dos nuevas intervenciones quirúrgicas, una en el húmero y otra en el pie derecho, luego de haber atravesado el domingo pasado, tras el accidente, una operación extensa y compleja en la mano derecha, la parte de su cuerpo más afectada.

“En mi mente sólo está empezar con la preparación. Quiero volver a las pistas más fuerte que antes porque después de un accidente así no vuelves a ser el mismo, mejoras. Tengo muchas ganas de acortar los plazos con una preparación vigilada al máximo. Ni siquiera sé cómo es un hueso, pero en cuanto me lo arreglen, me toca a mí hacerlo funcionar”, concluyó.