Miércoles, 9 de marzo de 2011 | Hoy
DEPORTES › EL PRESIDENTE DE BOCA SE JUNTO CON EL ENTRENADOR FALCIONI
La práctica, que tuvo mucho diálogo, siguió a la que el dirigente y el técnico mantuvieron en el vestuario. Hubo respaldo, a pesar de la campaña. Riquelme está lejos de poder disputar el clásico del sábado contra San Lorenzo.
Luego de la derrota frente a Vélez, el plantel de Boca retomó ayer los entrenamientos en una jornada que arrojó dos novedades importantes: la dirigencia del club visitó la práctica para explicitar su apoyo al entrenador Julio César Falcioni, ya en el ojo de la tormenta por el flojo desempeño del equipo en el torneo Clausura, y Juan Román Riquelme volvió a trabajar en forma diferenciada, por lo que se achican sus chances de reaparecer el sábado en el clásico frente a San Lorenzo.
Fue una práctica con mucho diálogo. La jornada comenzó con una charla del entrenador con los futbolistas que duró casi media hora: el tema principal fue la derrota ante el conjunto de Liniers, la segunda en cuatro presentaciones del equipo xeneize. Hubo también, al término del entrenamiento, otra charla más puntual del entrenador con el goleador Martín Palermo y con el defensor Matías Caruzzo, ambos con flojos rendimientos en el certamen.
Pero la más significativa de las reuniones del día fue la que mantuvieron los dirigentes del club con el propio Falcioni, foco de las críticas y los insultos de los hinchas. Las principales autoridades de Boca, el presidente Jorge Amor Ameal y el vicepresidente José Beraldi, aprovecharon el momento en el que los futbolistas se fueron al gimnasio a realizar tareas recreativas junto con el preparador físico Gustavo Otero, y en el mismo vestuario charlaron con el entrenador por espacio de 40 minutos.
Al cabo de la misma, en la que los dirigentes habrían reafirmado su confianza en el trabajo del DT, Falcioni se sumó al resto de su cuerpo técnico y, en la cancha principal del complejo de Casa Amarilla, ordenó trabajos regenerativos para los que jugaron ante Vélez y fútbol en espacios reducidos para el resto del plantel. Los únicos ausentes fueron Javier García y Cristian Chávez, porque ambos se entrenaron ayer en Ezeiza con el seleccionado local.
La jornada no despejó la duda sobre la presencia o no de Riquelme el sábado frente a San Lorenzo. El volante no se recuperó todavía de la sinovitis en su rodilla izquierda, y ayer realizó trabajos diferenciados y de kinesiología, al igual que el delantero Lucas Viatri, quien se ve afectado por un esguince en su rodilla derecha y también está en duda para el encuentro por la quinta fecha del Clausura.
Los médicos del plantel esperaban que durante el fin de semana cediera la inflamación en la rodilla de Riquelme, pero hoy no se encontraron con el mejor panorama y por eso, en el momento que Boca más parece necesitarlo, es poco probable que llegue en condiciones al clásico. Otra novedad que arrojó la jornada fue el regreso del defensor Fabián Monzón, tras 15 días de recuperación por una molestia muscular. Monzón tiene chances de jugar frente a San Lorenzo, al igual que Leandro Somoza.
Si bien el equipo es una incógnita, es probable que Falcioni rearme la defensa con Clemente Rodríguez por la derecha y Monzón por la izquierda, y con Caruzzo y Juan Manuel Insaurralde como marcadores centrales; en el arco repetiría Javier García. En el medio, de no jugar Riquelme, lo harían Sebastián Battaglia y Somoza, como doble cinco, Diego Rivero por el sector derecho y Erviti por la izquierda. La dupla de ataque se repetiría: Pablo Mouche y Palermo. Se repetiría de esta manera el planteo táctico que más le gusta al entrenador: 4-4-2. Aunque si Riquelme recibe el alta médica, su inclusión lo obligaría a cambiar de sistema para pasar a jugar 4-3-1-2, el mismo esquema que Boca utilizó en el debut en el torneo, cuando cayó por 4-1 frente a Godoy Cruz en la Bombonera.
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