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Juan Román Riquelme estuvo diplomático. No era para menos, después del gestazo que tuvo el serbio Antic con él. Ayer, Román zanjó la polémica que se instauró con el nuevo entrenador del club catalán tras negarle él ostensiblemente el saludo cuando lo sustituyó ante el Valladolid, en el último partido de Liga. Ahora el Gran Pisador aseguró ante la prensa que no vio el gesto del entrenador y que por lo tanto no existen problemas entre ambos. Algo que el ducho Antic ya había anticipado de palabra y ratificado en los hechos al ponerlo todo el partido por la Champions ante el Leverkusen tres días después. Nobleza obliga: ellos sabrán lo que han hablado en privado, pero el resultado ha sido el mejor, ya que Román jugó bien y el técnico lo bancó todo el partido. Ojalá les dure. Por su parte, los dos principales diarios deportivos catalanes han hecho del caso Riquelme una verdadera lucha mediática: uno dice que el jugador “administra su fútbol de calidad en grageas”, el otro dice que “es un futbolista frío e introvertido”. Hay que vender.
Según Riquelme, las imágenes de televisión demuestran que no se dio cuenta de la presencia de Antic –al costado del banco y con la mano alzada para saludar al volante– cuando se concretó el cambio, tras lo que añadió que, en consecuencia, ninguno de los dos le había comentado al otro nada al respecto. El ex Boca precisó además que conversó con el técnico durante la celebración el pasado martes por la clasificación para cuartos de final de la Liga de Campeones y manifestó su satisfacción por la titularidad de la que disfruta en los últimos partidos, que espera contribuya a acelerar su integración al equipo.
Riquelme –dice ante los medios españoles– espera alcanzar próximamente un rendimiento como el que ofrecía en Argentina, aunque hoy en día lo importante para él es que el Barça gane varios partidos más en la Liga local para tener opciones en las últimas jornadas de entrar en la próxima edición de la Liga de Campeones. “El Barcelona debe acabar entre los cuatro primeros, aunque sabemos que será difícil, pero hay que intentarlo”, dijo ayer Riquelme, y remarcó que no le importa el nombre del próximo rival en los cuartos de la Liga de Campeones: “Para conseguir el título, hay que ganarle a quien sea”, apuntó. En tanto que, con respecto a su Diez, el entrenador Radomir Antic, comentó amistosamente: “Riquelme trabaja como el que más. Está haciendo un trabajo correcto, quizá levanta más polémica que otros, pero a la hora de trabajar es uno más”.
Mientras, los dos diarios deportivos más importantes de Barcelona, Mundo Deportivo y Sport, han convertido al volante en objeto y centro de una lucha mediática. El Sport, en su editorial de ayer, volvió a cargar contra Riquelme al sostener: “Con Riquelme, estamos igual que estábamos antes. Una de cal y otra de arena. Es un futbolista frío y su carácter introvertido no le ayuda a integrarse. Los que entienden de fútbol dicen que tiene una calidad extraordinaria. Es un aval, pero si no despierta, crecerán la dudas y las críticas”. Mientras, el Mundo Deportivo expresa: “Por ahora es en grageas, como Riquelme administra su fútbol, pero en poco tiempo aumentará la dosis. El tratamiento lo supervisa la continuidad de juego”.