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Racing y Chicago anduvieron en un Fiat 600 durante todo el primer tiempo en Liniers. Para el complemento, el equipo de Avellaneda decidió subirse a una Ferrari de Fórmula 1. Sin embargo, los de Mataderos se quedaron con el 600. La llamativa diferencia de velocidad se tradujo en cuatro goles en 25 minutos, una goleada sin atenuantes y el retorno a la vanguardia del Clausura, un paquete que Racing desató para empezar a celebrar los 100 años que cumple pasado mañana.
El primer tiempo había sido lento y espantoso. Pero, con mano de mecánico, Ardiles cambió piezas: sacó a Torres, puso a Peralta, y su equipo cambió radicalmente en dinámica. Fue así, a 200 por hora, que llegaron los goles:
- Rueda, por derecha, la alargó al medio a Milito, que lo vio entrar solo a Mariano González. El juvenil definió a la carrera, con un toque sutil ante el achique de Orcellet. 48 minutos, 1-0.
- Toque de Peralta para Bastía en el medio, pelotazo para la entrada de González entre los zagueros, Rueda que llega a la carrera y remata entre las piernas del arquero local. 57 minutos, 2-0.
- Milito que recibe en posición habilitada, encara a Barbona y saca el centro bajo. No llega González, pero sí Rueda, que fusila a Orcellet en el área chica. 68m, 3-0.
- Escape de Vitali por derecha, centro rasante, y Milito toca al gol entrando por el medio, casi sin marca. 72 minutos, 4-0.
En menos de media hora, Racing dio cuatro lecciones de contragolpe, y mostró que tiene con qué aspirar al título de este Clausura. Pero quedaba una última sorpresa.
- Entrada de Rueda por el medio del área, entre la marca, y cesión del delantero al ingresado Amarilla, que se cortaba por la derecha. Cruce del paraguayo al otro palo, ante el achique del arquero. 90 minutos, 5-0.
Lo comentan los mismos protagonistas: “Nos hacía falta hacer este partido después de dos empates”, reconoció el goleador de la noche, Luis Rueda. “En el segundo tiempo nos dedicamos más a jugar, en lugar de entrar en los roces que nos proponía Chicago”, analizó Sixto Peralta. “El primer tiempo fue bastante parejo, pero después del 1-0 cambió todo y pudimos liquidarlo –señaló Diego Milito–. El segundo tiempo demostró que se puede ganar jugando bien.”