El objetivo de Vélez era ganar para ser líder, pero lejos estuvo de cumplirlo. Superado durante la mayor parte del desarrollo, el conjunto de Liniers ni siquiera pudo rescatar un punto, ya que Newell’s lo venció con un gol de Hernán Pellerano en el último minuto.

La idea de Vélez de hacerse dueño del trámite encontró un obstáculo inesperado, ya que Newell’s salió a pelearle ese dominio. Y en la pulseada, los rosarinos marcaron mayor presencia, con Urruti incontenible para los dos centrales velezanos y con un buen trabajo por las bandas de Sperduti y Figueroa. El único inconveniente para el conjunto de Martino era su falta de definición, ya que sus atacantes fallaban casi siempre en el último toque. Por eso, a pesar de su mejor juego, la ventaja en el marcador no se pudo cristalizar por su falta de puntería.

Del otro lado, el conjunto de Gareca sufría el desarrollo. Es que, obligado por su condición de local y por la chance de treparse a la cima, los de Liniers intentaban sumar mucha gente en ataque y llevarse por delante a su rival. Sin embargo, no podían romper la presión de los rosarinos y, de esa forma, terminaban atacando con pocos espacios a favor y defendiendo con mucha cancha a las espaldas de sus volantes y sus zagueros. Con esa complicación manifiesta, apenas si pudo inquietar a Peratta, que trabajó mucho menos que Barovero.

A medida que los minutos transcurrían, la tendencia era más firme. Dominado y maniatado, Vélez lucía inofensivo. Y, por el contrario, cada contra de Newell’s parecía que iba a concluir en gol. Incluso, con más resto físico, el conjunto rojinegro terminó parado en campo rival. Por eso, cuando Pellerano capturó un rebote y anotó el gol, la justicia le hizo un guiño.