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La ausencia de David Nalbandian en el equipo argentino de Copa Davis para la próxima serie de semifinales contra República Checa sacudió a los amantes del tenis en la Argentina. El grupo bajo las órdenes de Martín Jaite tendrá dos grandes pilares, Juan Martín Del Potro y Juan Mónaco, números 8 y 11 del ranking mundial, pero extrañará la garra con que Nalbandian defendió históricamente la bandera argentina en la máxima cita del tenis por naciones, incluso en aquellos momentos en que no atravesó su mejor momento deportivo.

El desgarro del oblicuo abdominal izquierdo dejó a Nalbandian por el momento afuera de la convocatoria para la serie que se jugará entre el 14 y el 16 de septiembre en el Parque Roca de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí donde las epopeyas del gran David y el apoyo de un ferviente público local escribieron varios capítulos de la historia del tenis local. Jaite tendrá, sin embargo, tiempo hasta una hora antes del sorteo del 13 de septiembre para ver si le hace un lugar en el equipo. “David no tiene que llegar justo. Porque no le hace bien al equipo. A él tampoco. Si se recupera va a estar en el equipo, si no... Hoy por hoy, cualquier jugador tiene que estar al ciento por ciento”, alertó días atrás el capitán argentino, quien completó el equipo con el rosarino Eduardo Schwank y el chascomusense Carlos Berlocq, y el correntino Leo Mayer como quinto jugador.

La lesión apareció pocas horas antes del debut de Nalbandian en el Abierto de Estados Unidos, donde por cuestiones del azar debía enfrentar a Del Potro en un clásico que había generado enorme expectativa en la Argentina por la difícil relación que mantienen ambos jugadores.

Personaje polémico, Nalbandian tejió su trayectoria en la Copa Davis a costa de resultados y esfuerzos. Con la mira puesta en conquistar la gran asignatura pendiente del deporte nacional, la Ensaladera de Plata, muchas veces priorizó la Copa Davis por delante de su carrera individual, en la que en 2006 llegó a ser el número 3 del mundo. Y cuestionó a quien no lo hiciera como él o amenazara con disputarle el liderazgo del equipo, hecho que desató problemas internos que repercutieron en la cancha.

El cordobés, de 30 años, protagonizó momentos épicos en la Davis, como el record todavía vigente del partido de dobles más largo de la historia de la copa: 6,20 horas, el tiempo que necesitaron Nalbandian y Lucas Arnold para derrotar a los rusos Yevgueny Kafelnikov y Marat Safin por 6-4, 6-4, 5-7, 3-6 y 19-17 en la serie de semifinales de 2002.

Nalbandian es un tenista de estirpe copera. Jugó en tres de las cuatro finales a las que clasificó Argentina (2006, 2008 y 2011) y posee un historial de 23-6 en partidos individuales y de 14-5 en dobles a lo largo de toda su trayectoria en la Davis.